“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

domingo, 24 de abril de 2011

Domingo de Pascua de Resurrección

Primera Lectura: Hc. 10, 34. 37-43 Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
Salmo: 117 Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Segunda Lectura: Col. 3, 1-4 Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.
Evangelio matutino: Jn. 20, 1-9 Él debía resucitar de entre los muertos.
Evangelio vespertino: Lc. 24, 13-35 Quédate con nosotros, porque ya es tarde.

¡Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador HA RESUCITADO! Resucitó de entre los muertos para darnos vida Eterna y en abundancia. El poder de la vida ha triunfado sobre la muerte y el de la Luz sobre las tinieblas. Hemos sido salvados por su Cruz y Resurrección. No debemos temer más a la muerte, porque de ahora en adelante la vida es Cristo y la muerte es ganancia. Los poderes de la oscuridad ya no pueden más contra nuestra Iglesia, comunidad en la cual se proclaman palabras de verdad y santidad. Comunidad en constante lucha por parecernos cada vez más a Jesús en esta victoria que ningún otro rey en la tierra ha podido lograr ni logrará, hasta el día del Juicio Final en que todos resucitaremos para adorar a Dios en cuerpo y alma.

¡Cristo Vive! Lo podemos encontrar en Cuerpo y Alma, en Espíritu y Verdad en la Hostia Consagrada en cada uno de nuestros templos, en el sagrario o la custodia. Lo podemos encontrar entre nosotros todos los días hasta el fin del mundo en el pobre, la viuda, el trabajador; en el Papa, el obispo, el presbítero y el diácono, en la virgen consagrada; en el campesino, el indígena y el indigente; en el gay, bisexual, transexual, transgénero, trasvesti y la lesbiana, también en el homófobo; en el político honrado y también en el corrupto, el presidente, el senador, el diputado, el rey, en el ministro de justicia y la secretaria de estado; Cristo vive en los corazones de todos y cada uno de los que conformamos el género humano, y somos sagrados por ello.

Aprendamos a verlo en cada persona, en cada momento de nuestra vida. No vaya a ser que nos explique las Escrituras y no lo reconozcamos a tiempo, sino hasta que Él haya partido el pan con nosotros. No esperemos a la Navidad para realizar teletones que apoyen a niños con problemas de salud o juguetones para llevar sonrisas a los pequeños huérfanos el día de Reyes. No esperemos al día de muertos o al aniversario luctuoso para honrrar a nuestros seres queridos que se nos han adelantado y que esperan con todos los demás el día definitivo de la resurrección de la carne.

Alégremonos en Jesús con María, porque gracias a Él hemos sido reconciliados con el Padre. Y nadie, absolutamente nadie que forme parte del rebaño de Cristo podrá sucumbir en ningún momento ante el poder de las tinieblas. Jesús nos liberó de la muerte y la esclavitud. Hoy ya no es necesario ningún sentimiento de culpa, autodestrucción o tristeza. Cristo, nuestra Pascua, ha resucitado y está aquí en medio de nosotros esperando a que demos testimonio de lo que sabemos en el alma y creemos en el corazón.

Jesús de Nazaret tenía que resucitar, y por obra y gracia del Divino Padre/Madre así sucedió. Pongamos toda nuestra confianza en la alegría infinita que podemos sentir por aquel que ha sido capaz de vencer a la muerte con su propio poder y de liberar a todas las almas que yacían en el Seno de Abraham antes de que Jesús viniera a abrir los cielos para nosotros.

La alianza está restablecida. Por el poder de Cristo todo ha sido llamado a un nuevo orden de Luz, Amor y Vida. Es el momento de que todos los LGBT -y con nosotros la humanidad entera- nos alegremos con Cristo por la gloria de su resurrección, porque por Él nuestra dignidad ha sido restaurada y también somos reconocidos como Hijos de Dios y partícipes de la Vida Eterna.

Feliz Pascua. ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!


sábado, 23 de abril de 2011

Vigilia Pascual

Primera Lectura: Gn. 1, 1-2, 2 Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
1er Salmo: 103 Bendice al Señor, alma mía.
Segunda Lectura: Gn. 22, 1-18 El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
 Salmo: 15 Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
Tercera Lectura: Ex. 14, 15-15, 1 Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.
3er Salmo: Ex. 15 Alabemos al Señor por su victoria.
Cuarta Lectura: Is. 54, 5-14 Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.
 Salmo: 29 Te alabaré, Señor, eternamente.
Quinta Lectura:  Is. 55, 1-11 Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.
 Salmo: Is. 12 El Señor es mi Dios y salvador.
Sexta Lectura: Bar. 3, 9-5. 32-4, 4 Sigue el camino que te conduce a la Luz del Señor.
 Salmo: 18 Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Séptima Lectura: Ez. 36, 16-28 Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.
 Salmo: 41 y 42 Estoy sediento del Dios que da la vida.
Epístola: Rom. 6, 3-11 Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca.
Salmo responsorial: 117 Aleluya, aleluya.
Evangelio: Mt. 28, 1-10 HA RESUCITADO E IRÁ DELANTE DE USTEDES A GALILEA.

Esta es la noche santa de la victoria del Señor de la vida sobre la, antes, indestructible muerte. Noche en que de la oscuridad brilla la luz y la luz vence a las tinieblas. Día que no conocerá ocaso y que ve salir por el Oriente el Sol que ha de iluminar nuestras almas y corazones hasta el fin de la eternidad. Noche bendita en que se hace justicia al oprimido, se da de comer al que tiene hambre, de beber al que tiene sed, se viste al que no tiene abrigo y se aconseja al dubitativo. Es la noche del mundo que se ve minada en poder cuando los que nos decimos cristianos hacemos nuestra la responsabilidad por el mundo y ponemos manos a la obra.

Es el tiempo en que se pone en duda la antigua teología, que a la luz de la ciencia y la nueva situación económica, política y cultural, no puede hacer menos que dejar de maravillarse por la vida y obras de los hombres y mujeres del pasado, que nos precedieron en santidad y servicios a la Iglesia. Es hora de que, en compañía de la Bienaventurada siempre Virgen María, la nueva teología mire con ojos bondadosos a los hombres y mujeres del Siglo XXI, cuyas vidas se desenvuelven en un clima impredecible, causado por su propia irresponsabilidad. Que un día puede tener huracanes y nevadas y al otro sequías e incendios forestales. En el que la tierra genera terremotos cada vez más fuertes y tsunamis cada vez más frecuentes.

Es tiempo de que el ser humano entienda que es amo y señor de la creación porque así lo ha querido Dios mismo. Pero ese dominio y señorío sobre la Tierra entera solo significa una gran responsabilidad, que de no tomarse en cuenta nos llevará a la extinción.

Actitud que hoy mismo se ve condenada en la historia a desaparecer, pues recordamos como el Faraón, fue humillado para la mayor gloria de Dios, al ser hundidos sus carros en el mar. Se libertó al pueblo de Israel y en su liberación vemos la nuestra. La de los cristianos que hoy son vueltos a perseguir en oriente por las mayorías musulmanas o socialistas, pero también la de los cristianos LGBT que hoy somos perseguidos por los propios servidores de la Iglesia en los cinco continentes.

Esta noche Dios hace justicia al oprimido y lo levanta, lo regresa de la muerte eterna. Por su muerte, nuestros pecados fueron perdonados y por su resurrección somos también nosotros exaltados. Que se retiren la soledad, el rencor, el temor, la baja autoestima, el odio, la tristeza, la promiscuidad, que se retiren de nuestras vidas y no vuelvan nunca más. Que en su lugar lleguen la alegría, la alta autoestima, el amor, el perdón, que nunca más nos sitamos solos cuando en apariencia lo estemos. Y que sepamos descubrir el propósito de nuestras vidas, para agradar al Señor y servir a la humanidad, pues a eso hemos venido.

Esta es la noche de la Resurrección. Resucitemos con Cristo Jesús al hombre nuevo y demos fiel y firme testimonio suyo. Para que el mundo sepa que también somos cristianos.

viernes, 22 de abril de 2011

Viernes Santo

Primera Lectura: Is. 52, 13-53, 12 Él fue traspasado por nuestros crímenes.
Salmo: 30 Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Segunda Lectura: Hb. 4, 14-16; 5, 7-9 Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo: Jn. 18, 1-19, 42 

¡Oh, Dios Todopoderoso!, ¡Oh, elevado en la Cruz!, ¡Oh, Amor mío, el Único, el más grande!, ¡Creador, Redentor e Inspirador! Perdónanos. Perdónanos, Señor. Perdónanos porque habitamos en la carne y normalmente no nos damos cuenta de los errores que cometemos y la forma en que afectamos a tu creación en la Naturaleza y en la Humanidad.

Porque aún no sabemos reconocerte cuando nos dices "Yo soy Jesús, el Nazareno". Cuando a cualquier precio, alto o bajo, te entregamos; nos entregamos a los poderes y seducciones de este mundo. Cuando por una recompensa ilusoria vendemos nuestra dignidad y caemos en obediencia de leyes y mandatos que van en contra del Amor que sentiste por nosotros hastael extremo.

He sido yo quien ha usado el don de las palabras que pusiste en mi boca para hacer creer a otros que buscas sacrificios, abstinencias, que gobiernas sobre los poderes de este mundo a precio de sangre de indígenas, mineros o pobres. Y cuado la viuda, el discriminado, el desempleado o el incomprendido me dijeron que eras Tú, rasgué las vestiduras de mi caridad y los condené a muerte por su horripilante blasfemia.

Perdona a tu Iglesia, Señor, porque siendo el Papa sucesor de tu Apóstol Pedro, en repetidas ocasiones lo hemos deificado e idolatrado, olvidando que si Pedro mismo te negó tres veces en la adversidad, el Papa y la Iglesia toda te negaría aún más. Y ¿Qué nos hacía pensar que los Obispos, sucesores de los Apóstoles, no saldrían despavoridos al verte ante la adversidad? Sólo el joven Juan te acompañó durante todo el camino de la Cruz. Perdónanos, Señor, y danos tu Luz para enmendar nuestros pecados y volver al camino. Porque a ti, Señor, la comunidad de tu Iglesia se acoje, no permitas que quedemos defraudados.

Hemos cometido, mi buen Jesús, muchas tonterías que dan un mensaje erróneo y torcido sobre el Reino que viniste a construir. Levantamos imperios con el fuego y la espada, pero lo hicimos en tu Nombre. Torturamos gente y levantamos falsos testimonios, en tu Nombre. Matamos la dignidad de hombres, mujeres y niños en todo el mundo en tu Santísimo Nombre. Pero en verdad fue para mantenernuestros privilegios y prerrogativas ante los dirigentes políticos y el pueblo que es de este mundo. Pero tu reino no es de este mundo. Y no conformes, en tu Nombre también hemos quedado callados ante la violencia en las calles y las casas, los asesinatos de personas LGBT y el acoso homofóbico al rededor del mundo. Hemos atestiguado la destrucción del campo y los campesinos, el avance del capital salvaje y sus soldados del Banco Mundial, del que muchas veces somos cómplices también. Señor, Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida, ayúdanos a transitarte, a conocerte, a vivirte.

Señor, Tú que eres todo Amor, todo Perdón, toda Compasión, permíteme unirme a ti en el suplicio de la Cruz. Mira que cuando la sociedad y el gobierno descubrieron que mi identidad existía me llamaron delincuente, antinatural, abominación, y me condenaron a una muerte dolorosa en la soledad y la desesperación. Por que tu amor decidió crearme homosexual y el mundo no fue capaz de entenderlo. Contigo también he sufrido el suplicio de la Pasión por mi vida. ¡Viva el Rey de los judíos!, se burlaron de ti. ¡Ahí va el maricón! Se burlaron de mí. Te coronaron de espinas, me marcaron como rarito y diferente. Te azotaron con el flagelo, me alejaron de la igualdad ante las instituciones públicas y la sociedad en general. Te pusieron un manto de púrpura sobre el cuerpo sangrante, me estigmatizaron y condenaron a un estereotipo del cuál nunca podría salir.

A tus diáconos, presbíteros y obispos, a tus vírgenes consagradas y laícos comprometidos les diste el poder, desde lo más alto para defenderme ante toda esa ola de discriminación que frecuentemente termina en violencia y muerte. Pero dicidieron ignorar su responsabilidad con el abatido, y ante la turba política y económica decidieron lavarse las manos, no sólo escondiéndose en el silencio de su omisión, sino uniéndose a Gestas para condenar a los sufrientes. Pero no todos son así, mira a los Dimas que te saben reconocer en la población LGBT y se levantan contra las voces oficiales de la Iglesia y nos defienden. Estos Dimas son como el obispo Raúl Vera en México, el padre Nicolas Alessio en la Argentina, el Pare Manel Pousa en España. Mírales con bondad y en la hora de su muere llámalos y mándalos ir a ti para que con tus ángeles y santos te alaben por los siglos de siglos, tal como lo hacen ahora.

Señor mío y Dios mío. Aún en el suplicio de la Cruz decidiste darnos otra prueba de Amor y preocupación por nosotros. Al pie de la Cruz yacía tu Santa Madre junto con otras mujeres. Ellas, impotentes ante la situación se volvían desesperadas tratando de conseguir ayuda al presenciar tu asesinato. Y entonces hiciste que tu Madre fuera Madre de todos, hiciste a María madre de Juan y en Juan la hiciste madre de todos nosotros. Así como ella y las demás mujeres, hay muchas hoy que lloran porque sus hijos son asesinados o se suicidan por acoso homófobo y nada hay que puedan hacer al respecto. Y seguramente, al igual que esas mujeres piadosas que al pie de la Cruz acompañában a tu Bienaventurada Madre, hoy hay otras mujeres que acompañan a las madres sufrientes, tales como Sor Teresa Forcades o tal como tu discípulo más querido, Fray Julian Cruzalta se encuentran al pie de la Cruz dando apoyo y consuelo a esas madres. Bendíceles Señor.

Por todos aquellos que levantaban burlas contra ti, pediste al Padre que los perdonara porque no sabían lo que hacían. Hoy esas burlas se actualizan en quienes nos llaman maricones, aberrosexuales, abominaciónes, putos, antinaturales que buscamos el putimonio o que dicen que nos odias e incluso que estamos contra ti y tu Santa Iglesia, pero Tú eres Amor. A todo ellos Señor, también perdónalos, porque no saben lo que hacen y por favor, llámales a la conversión, a todos llámanos a la conversión porque somos pecadores.

Y ahí están todos ellos. Cadáveres que quedan vacíos de alma porque la gente aun no sabe comprender y menos respetar la orientación sexual de los demás, que hasta el catecismo de la Iglesia Católica reconoce como natural. Jóvenes que no recibieron información o decidieron ignorarla y ahora tienen VIH y SIDA. Que fueron golpeados por ir de la mano con su pareja del mismo sexo o expulsados de algún lugar por darse un beso en público. Muertos porque los gobiernos no saben crear leyes contra la discriminación y aplicarlas efectivamente. Muertos en el alma y el corazón, viviendo en la pobreza y la incomprensión de sus padres y familiares. Muertos en el cuerpo por asesinatos violentos o sutiles por el miedo homófobo que mueve a acciones irracionales. "Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.

¡Ay, Señor!, nos unimos a tu Pasión y Muerte, porque eres capaz de destruir el templo y reconstruirlo en tres días. Mientras tanto, Señor, perdona nuestros pecados y errores y ayúdanos a confiar cada vez más en tu Misericordia para vivir según tus enseñanzas y llevar nuestro amor por la humanidad hasta el extremo, "y nadie ama más a su prójimo que el que da la vida por él".

jueves, 21 de abril de 2011

Jueves Santo

Primera Lectura: Ex. 12, 1-8. 11-14 Prescripciones sobre la Cena Pascual.
Salmo: 115 Gracias, Señor, por tu Sangre que nos lava.
Segunda Lectura: Cor. 11, 23-26 Cada vez que ustedes comen de este Pan y beben de este Cáliz, proclaman la muerte del Señor.
Evangelio: Jn. 13, 1-15 Los amó hasta el extremo.

Hemos entrado en el Triduo Pascual, conmemoramos ya mismo el culmen y punto máximo de la Historia de la Salvación. Más allá de la Misa Crismal, que por la mañana se celebra en todas las catedrales del mundo, la liturgia nos invita a ver con especial atención la Misa Vespertina de la Cena del Señor. Momento en que se institucionaliza la Sagrada Eucaristía y del que la festividad de Corpus Christi es un reflejo fiel y sincero.

Así como todo pueblo que no conozca su historia, está condenado a repetirla, la Iglesia nos relata la historia de la Cena de Pascua que celebran todos los años nuestros hermanos mayores en la fe, los judíos, para conmemorar el momento de la liberación de la esclavitud en Egipto a los años de expulsión en el desierto y finalmente a la llegada a la Tierra Prometida que mana leche y miel. Se nos recuerda este precepto, pues es el marco histórico en el que se da la Última Cena de Jesús, en la que es traicionado por Judas el Iscariote, a precio de 30 monedas de plata.

Entremos en el mensaje de este Evangelio. Puedo ver cuatro momentos en los que se divide esta tarde el Evangelio del Apóstol San Juan:

El primero es en el que Jesús, conciente de que su hora final se aproxima, ama tanto a la humanidad, que llega hasta el extremo. Es la determinación de dar la vida por la Creación entera.

El segundo es la traición de Judas. Momento en el que debemos poner especial atención, pues los seres humanos somos dados a la traición en todo momento. No solo traicionamos frecuentemente a nuestros familiares y amigos, sino que también traicionamos constantemente nuestros propios ideales, nuestra propia dignidad y con esto también tricionamos el pacto sagrado que Dios ha hecho con nosotros desde el momento de la Resurrección. Judas vendió al Maestro por 30 monedas de plata, pero frecuentemente nos vendemos a nosotros mismos por precios insignificantes e incluso gratis. Y la traición es algo que tradicionalmente se paga con la muerte, lo podemos ver con el suicidio de Judas en el Evangelio. En nuestro caso, se trata de la muerte de la confianza que nos tienen, la muerte de la autoestima, la muerte de la alegría en nuestra vida.

El tercero es en el que el Apóstol Pedro primero se niega a que su Maestro le lave los pies, y luego le pide que también le lave las manos y la cabeza. Jesús considera a Pedro un hombre limpio, por lo que le dice que esto último no es necesario. Quien está limpio únicamente necesita lavarse los pies. Señal de que entre los hombres, hasta el más justo peca siete veces, pero la misericordia del Señor es la misma para quien peca siete veces todos los días como para quien lo hace setenta veces siete. Es decir que el Señor perdona siempre todos nuestros pecados e infidelidades. Únicamente hay que permanecer cerca de Él y su Palabra para que no nos perdamos del Camino. No vaya a ser que cuando el Maestro esté lavando los pies de quienes entran por la puerta angosta, aquella de la Cruz y los sacrificios personales, vayamos a estar caminando por un camino inadecuado o mirando hacia el lado equivocado.

Y el cuarto es el más importante y sobre el que gira todo el mensaje del Cristo, que se da a sí mismo para toda la humanidad. Se trata del lavatorio de los pies. Tradicionalmente y hasta nuestros días es el discípulo el que está al servicio del maestro; el de menor nivel en la escala socio-económica y cultural el que está al servicio del de mayor nivel. Pero Jesús nos enseña que debemos hacer todo lo contrario, y es momento en que todavía, los cristianos en general y los católicos en particular no hemos podido entender ese mesaje de verdadero Amor e Inclusión.

Jesús nos dice que nos ha dado el ejemplo para que nosotros también nos lavemos los pies unos a los otros. ¿Y cuándo fue la última vez que lo hicimos? Oportunidades tenemos muchas. El mensaje de Jesús es universal, pero ¿Cómo afecta a la comunidad LGBT? Hay muchas oportunidades. De hacerlo, reduciríamos el poder económico y violento del narcotráfico, que tanto afecta a América Latina y especialmente a México. Si cada uno de nosotros nos laváramos mutuamente los pies, como nos enseñó Jesús, seríamos una comunidad LGBT fuerte y unida que lucha por la dignidad, el respeto y el reconocimiento de sus derechos, tanto ante los grupos político-parlementarios como ante los grupos eclesiales. Si aprendiéramos a servirnos unos a otros, la pobreza vería amenazada su existencia y entonces todos nos preocuparíamos por que los demás estén en buenas condiciones.

Así que, en aras de encontrar la paz y la armonía, creo que es momento que aprendamos a ser humildes y serviciales con el género humano. Homosexuales al servicio de la humanidad, incluso de aquellos homófobos que encuentran alegría en discriminarnos y buscan hacernos menos, para que el mundo se de cuenta de que la calidad humana que proclamamos no está oculta bajo el velo de desorden y promiscuidad con que nos han estereotipado los medios y la sociedad en general. Servicio a las comunidades indígenas y de indigentes, de madres solteras y padres, hermanos, esposos e hijos que han perdido a algún familiar en la injusta guerra contra el narcotráfico, que, a sabiendas de todo el mundo, se ha desatado impunemente entre el gobierno mexicano y los cárteles de la droga.

Por que todo eso afecta directamente a la humanidad y pone al ídolo del capital por encima de la divinad de Cristo Jesús. Es momento de ceñirnos el yugo de Cristo a la cintura y con la herramienta que significa su Palabra dar testimonio de su verdad. Que no nos baste con proclamarlo con la boca, Jesús nos invita a la acción y ya es momento de responder.

domingo, 17 de abril de 2011

Domingo de Ramos

Evangelio: Mt. 21, 1-11 Bendito el que viene en nombre del Señor.
Primera Lectura: Is. 50, 4-7 No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.
Salmo: 21 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Segunda Lectura: Flp. 2, 6-11 Cristo se humilló a si mismo; por eso Dios lo exaltó.
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo: Mt. 26, 14-27, 66

Saludos hermanos.

Finalmente ha llegado la Semana Santa, ese tiempo que viene después de la larga preparación de la Cuaresma y que desemboca en la alegría sin fin de la Pascua de Resurrección de nuestro Señor Jesús, de nuestro amigo y hermano Cristo. Sin embargo, los siete días que forman esta semana hemos de celebrar nuevamente los sagrados misterios de la Pasión y Muerte de Jesús. Así que los invito a que no porque cada vez que sea la semana de la primera luna llena de la primavera hagamos exactamente las mismas cosas y recordemos exactamente los mismos pasajes de la Biblia, desde el Génesis en la Vigilia Pascual hasta el Evangelio de la Resurrección, no caígamos en la engañosa idea de que es siempre lo mismo, pues las Sagradas Escrituras siempre se actualizan para darnos una guía a seguir de acuerdo al momento determinado que estemos pasando en nuestras vidas.

Antes del Concilio Vaticano II, el Domingo de Ramos era también conocido como Domingo de Pasión, es por eso que en nuestra liturgia permanece el relato de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, este año en la versión del apóstol San Mateo, mismo que se lee nuevamente el Viernes Santo durante ceremonia de adoración de la Santa Cruz, pero en la versión del Apóstol San Juan. Debido a que es el Viernes Santo un mejor escenario para hacer reflexiones sobre estos momentos tan importantes en la vida del cristiano y del cristianismo, esta vez nos enfocaremos únicamente en el primer Evangelio del día, es decir en el de la ceremonia de Bendición de las Palmas.

Vemos en la fiesta de Cristo Rey, con la que terminamos nuestro calendario litúrgico, un eco lejano del momento en que en Tierra Santa sucedió que el Rey de Israel, y también de todo el Universo, hizo su entrada triunfal a Jerusalen, la capital, en un cortejo que definitivamente significaba una afrenta al imperio romano, cuyas marchas de victoria se celebraban entre arcos de triunfo hechos con palmas y los soldados victoriosos montando a caballo, demostrando, soberbios, el triunfo que los dioses de este mundo le habían concedido para dominar y quitar la dignidad a los pueblos de la Tierra.

Cristo es el que nos ha de liberar de la esclavitud que significan esos dioses del mundo, los ídolos que nos engañan todo el tiempo, y que son la opresión de la dignidad, el capitalismo salvaje, la discriminación, la homofobia, la guerra, el narcotráfico, el exceso de televisión, la pobreza y todos los demás demonios y pecados que azotan nuestra vida social y particular. Jesús viene entrando triunfal a Jerusalén, ¡pero lo hace sobre un burro! Un burro es en el tiempo de Jesús, y aún en el nuestro, una señal de humildad. Que esto nos enseñe que para alcanzar el Reino de Dios que Jesús consquistó con su muerte y resurrección, lo primero que tenemos que ser los cristianos es ser humildes.

De nada nos sirven todos los símbolos que a los largo de los siglos hemos venido acumulando, la mayoría de ellos formados de oro, plata, maderas y piedras preciosas. De nada nos sirven, puesto que han envilecido y corrompido el corazón y la cabeza visible de nuestra Iglesia. Con sus palacios, basílicas y catedrales, la mayoría de los obispos, sacerdotes y aún los laícos, han olvidado su verdadera misión es hacia el pobre y oprimido. Mientras en la curia cenan cabiar, en alguna casa del barrio de alguna parroquia están buscando la forma de cocinar algunos frijoles para comérselos con tortillas.

Ese no es el ejemplo que nos dio Jesús. Es más bien el ejemplo que nos quedó de los césares y emperadores de la época del Sacro Imperio Romano. Eso no nos sirve a nosotros como cristianos. Entonces, cómo católicos y gays, ¿qué nos dice este Evangelio a nosotros, esta Buena Nueva?

En el mundo uno de cada 10 es homosexual. Y solo cuatro de cada cien somos homosexuales y religiosos. Estamos destinados a ser una minoría en todos los momentos. Pero ¿acaso los Apóstoles no fueron solo 12 al principio? Doce en todo el mundo es una minoría más pequeña que 40 entre mil. Tenemos la oportunidad de darnos a conocer y abrirnos espacios en la Iglesia y la sociedad. No importa lo que piensen el Papa y los obispos al respecto, pues mientras que Su Santidad, desafortunadamente vive en palacios de cantera y mármol, nuestro Jesús no tenía ni siquiera en donde descansar su cabeza. Y vendrá el tiempo, en que el Papa mismo, aunque no sea Benedicto XVI, reconozca en los homosexuales la dignidad de Cristo y en nuestro estilo de vida nuestra natural humanidad.

Así que el mensaje que esta palabra nos debe de decir habrá que enlazarlo con el salmo que cantamos hoy. Muchos se burlan de nosotros. En las comunidades cristianas oficiales y sus templos no nos aceptan, porque dicen que nuestro estilo de vida es pecaminoso. En las comunidades gays y sus antros nos ven con ojos raros porque aceptamos y proclamamos el mensaje de Jesús y el Evangelio de su vida. Confiemos entonces en el Señor, porque mientras más fieles seamos a su palabra, y más nos esforcemos en cumplir con su Santa Voluntad, más oportunidades tendremos de encontrar la verdadera felicidad.

Así que he de insistir que si nuestra vocación gira en torno a la vida de pareja, permitámonsos amarles con todo el corazón. Si nuestra vocación gira en torno a la vida religiosa, entonces cumplamos nuestro ministerio con todo el corazón. Y si gira en torno a la soltería, dejemos de preocuparnos por seguir la corriente del mundo y vivimos exclusivamente para Cristo fomentando obras de amor y misericordia en la medida de nuestras posibilidades.

Recordemos también que la llegada triunfal de Jesús a Jerusalen es únicamente el principio del supolicio y la muerte de un Justo entre los justos. Eventos, ambos, que son consecuencia final y extrema del estilo de vida libertador que nos quiso dar Jesús, tanto de las ataduras sin sentido que nos pone este mundo, como de las peligrosas ataduras del mundo espiritual que vienen a traducirse en pecados e infelicidad. Así que preparémonos, porque sea cual sea el estilo de vida que tengamos, nuestras decisiones en algún momento nos llevarán al dolor, y es ahí cuando debemos demostrar que somos tan cristianos como para continuar cargando nuestra cruz y seguir al Señor.

Les comparto este video del musical setentero "Jesucristo Súper Estrella", para unirnos de alguna forma a los cantos, proclamaciones y alabanzas de la gente del Jerusalen del Siglo I, a través del arte del XX y la tecnología del XXI. Nótese el momento en que la gente le pide a Jesús que muera por nosotros.


lunes, 4 de abril de 2011

Oración a la Virgen de la Paz

Señora y Madre nuestra, Virgen Santa María, Reina de la Paz.
Venimos hasta Ti para rogarte por la Paz.
La paz que el mundo busca sin encontrar.
La paz que Tu Hijo Jesucristo vino a traernos.
La paz cuya única fuente verdadera es Cristo Jesús.
Te rogamos que intercedas por nosotros para que nos abramos a la paz que viene de Dios.
La paz que es fruto de la justicia, que tiene como alma el amor a Dios y al prójimo.
La paz que exige que el hombre renuncie a la envidia y a la ambición, al orgullo y al egoísmo.
Acudimos a ti para que esa paz que Dios nos ofrece, la recibamos, la conservemos y la llevemos al mundo.
Ayúdanos para que seamos artífices de la paz.
Que tu maternal auxilio nos haga valientes, pacientes y eficaces para comprometernos a trabajar por la justicia, fundamento de la paz que todos necesitamos.
Amén.

Oración simple por la paz

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto
ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.

Oración por la Paz del episcopado mexicano



Señor Jesús, Tu eres nuestra Paz.
Mira nuestra Patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernen.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión.
Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades.
Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz para que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna.
Amén.

¿Dónde estás?

Te suplico, Señor, que pueda yo despertar un día y oír el canto de los hombres que descubrieron el amor.
El día en que ya olvidaron el odio,las ambiciones, las guerras, las razas, el color.
Espero ver algún día el nuevo mundo que vuelve a encontrar su fe en Ti.
Porque el vacio que el mundo siente sólo Tú puedes llenarlo.
También yo te busco. ¿Dónde estás? ¿Dónde, dónde estás?

Cuando la noche baja al mundo, yo me dirijo a Ti.
Pero las estrellas no responden a mis porqués.
Yo sé que Tú estás en mi hermano.
Sé que es tuya la voz de mis hermanos.
Sé que Tú tienes todos los colores de piel.
Sé que hablas todos los idiomas del mundo.
Sé que estas en todas las naciones.
Sé que tu nombre no tiene límites en el tiempo y espacio.
Te busqué y ahora sé donde, dónde estás.
Amén.

domingo, 3 de abril de 2011

De vuelta en casa

Hermanos:

Quiero empezar esta entrada ofreciéndoles una disculpa por haberme ausentado sin previo aviso, pero la situación económica me obligó a hacerlo durante estas casi tres semanas. Estoy muy contento de volver y ya dentro de ocho días volveremos con la interpretación de la Palabra que, sin ser magisterio de la Iglesia, cada domingo me complazco en compartirles para ayudarles en su crecimiento espiritual basándome en mis experiencias, siempre antecediendo la oración al Espíritu Santo para que me ilumine con su luz y no vaya a causarles confusión ni a mí tampoco.

Quiero empezar con esta noticia un poco confusa, pero, que de ser real, los dichos de Su Excelencia podrían significar un gran avance en el centro del país, tal como en el norte lo es Saltillo. Gracias por su paciencia y Dios los bendiga.

Iglesia da apoyo espiritual a gays en Puebla
03 de abril de 2011   El Universal

Con el objetivo de otorgar una formación espiritual y religiosa, la Arquidiócesis de Puebla instaló un centro de ayuda para homosexuales, confirmó el propio arzobispo Víctor Sánchez Espinosa.

El clérigo sostuvo que este organismo no pretende revertir o "curar" la homosexualidad, como propuso su homólogo Juan Sandoval Iñiguez, pero sí darles atención espiritual a los asistentes.

Sin brindar mayores detalles sobre las instalaciones de este centro o la dinámica de sus sesiones, el líder de la Iglesia católica en Puebla justificó que se trata de brindar la misma atención a los fieles con distintas preferencias.

"Ellos mismos me lo pidieron, eh, un grupo de hermanos homosexuales que han pedido una atención espiritual y ya he destinado a sacerdotes que puedan asistirlos espiritualmente", comentó.

Aseguró que los homosexuales que decidan inscribirse tienen la garantía de no ser víctimas de discriminación, por lo que serán escuchados y recibirán un ‘acompañamiento espiritual'.

"Yo creo es escucharlos, no, de ninguna manera condenarlos, estar cercanos a ellos y acompañarlos, simplemente se les da una formación espiritual", agregó.

Por su parte, Brahim Zamora, representante de la Red Democracia y Sexualidad de Puebla (Demysex), opinó que la creación de este centro es muy respetable siempre y cuando se respete el principio de laicidad del estado.

"La Iglesia católica siempre ha estado alejada de la ciencia, mantiene una postura arcaica sobre la sexualidad (...) los chicos católicos que se identifiquen está bien que acudan, mientras no sea promovido por instancias gubernamentales", expresó.

Sugirió que existe el riesgo de que la administración gubernamental pudiera participar en estas iniciativas e imponer -como ocurrió en Jalisco- clínicas para curar la homosexualidad.

Algunas versiones periodísticas, sostienen que también Guillermo Almazán Smith, director general del Instituto Poblano de la Juventud (IPJ) abrió la posibilidad de instaurar un centro de rehabilitación para gays.

Al respecto, Marcia Maritza Bullen Navarro, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos (CDH), se pronunció por impedir la instalación de centros que intenten "corregir" la homosexualidad.

"No convenimos con ello, crear centros de este tipo es considerar que personas con preferencias sexuales están enfermas, son personas normales, aproximadamente hace 10-15 años se sacaron del catálogo de anomalías psiquiátricas", manifestó durante una entrevista concedida este domingo.