“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

jueves, 20 de diciembre de 2012

No teman ...


Cristo acoge; no margina.

¡ FEliz NaviDAD !




LOS PASTORES DE BELÉN: VIAJEROS EN TRÁNSITO













Podían haber sido otros los primeros testigos del Nacimiento. Los pastores, en cambio, contemplan todo un fastuoso despliegue (los Magos de Oriente sólo tuvieron derecho a una estrella) ellos tuvieron prioridad absoluta.

Los demás no vieron a los ángeles porque no supieron mirar.

Cualquier excusa vale cuando el egoísmo es más fuerte que el amor y la caridad. Pero Dios escribe derecho con renglones torcidos. El establo de Belén se convierte en una cátedra de humildad, de pobreza santa, de amor y comprensión y la gloria del cielo se abre para los humildes que creen dentro de su tosquedad.

Aquel solitario lugar sirve para que el nacimiento virginal se realice en la soledad.

Pero Dios no quería que quedase sin anuncio el nacimiento del Mesías y de su divinidad. Para ello utilizará dos vías para darlo a conocer a los hombres: los pastores de Belén y los magos de Oriente.


Había unos pastores por aquellos contornos que dormían al raso y vigilaban por turno su rebaño durante la noche. De improviso un ángel del Señor se les presentó y la gloria del Señor los rodeó de luz y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: no temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegría que lo será para todo el pueblo: hoy os ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor; y ésto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre. De pronto apareció juntó al ángel una muchedumbre de la milicia celestial, que alababa a Dios diciendo:
Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Luego que los ángeles se apartaron de ellos hacia el cielo, los pastores se decían unos a otros: vayamos hasta Belén, y veamos este hecho que acaba de suceder y que el Señor nos ha manifestado. Y vinieron presurosos, y encontraron a María y a José y al niño reclinado en el pesebre. Al verlo, reconocieron las cosas que les habían sido anunciadas acerca de este niño. Y todos los que escucharon se maravillaron de cuanto los pastores les habían dicho. María guardaba estas cosas ponderándolas en su corazón.
Y los pastores regresaron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, según les fue dicho.

El relato asombra por su sencillez y grandeza.

Los pastores fueron también partícipes de este glorioso nacimiento, ante todo debemos destacar que al momento de que el ángel le anunciara, ellos se encontraban TRABAJANDO, estaban cumpliendo su tarea, cuidando al rebaño, es decir, hacían lo de todos los días, y desde allí el Señor los llama a adorar a Cristo y ellos, respondiendo al llamado, se acercaron a él con HUMILDAD, algo que caracteriza la tarea pastoril, por su condición de siervos no de dueños del rebaño; son los que tienen la misión de cuidar del rebaño, protegerlo de cualquier peligro, por esto tienen que estar VIGILANTES, y justamente por esto pudieron darse cuenta del llamado del Señor e ir a su encuentro con prontitud y alegría.


La enseñanza de la elección de los pastores como los primeros que fueron avisados del nacimiento del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, nos habla de la conexión con las raíces del Pueblo de Dios. Va a surgir un nuevo rebaño espiritual guiado por el mismo Dios.Los pastores anunciarán al Pastor del nuevo Pueblo de Dios que acaba de nacer.

La rapidez por acudir al pesebre también es tema de meditación. La prisa de los pastores es fruto de su alegría y de su afán por ver al Salvador comenta San Ambrosio. Nadie busca a Cristo perezosamente. El evangelista ya ha observado que Nuestra Señora, después de la Anunciación, fue de prisa a visitar a Santa Isabel. El alma que ha dado entrada a Dios en su corazón vive con alegría la visita del Señor y esta alegría da alas a su vida.

Hay prisas que son fruto del alocamiento y de la precipitación. Los que así actúan van con rapidez, pero sin saber bien adonde van, piensan poco, aunque vayan deprisa a ningún sitio. No es esa la prisa la de los pastores, ni la de la Virgen Santísima, pues les mueve el amor y la fe. Les sucede lo que a San Pablo cuando exclama el amor de Cristo nos urge. Los pastores debieron sentir una luz y un entusiasmo difíciles de explicar, pero fácilmente comprensibles. Primero la aparición de un ángel, después sentirse rodeados de una luz fruto de la gloria del Señor, luego las palabras que les llenan de temor y de asombro. Después, como si no pudiesen contenerse, la aparición de una multitud de ángeles que alababa a Dios con las palabras tantas veces repetidas por los cristianos en la Navidad: Gloria a Dios y paz a los hombres. Si este clamor fue musical no lo sabemos, pero desde luego estuvo lleno de alegría, con el entusiasmo propio de ver el misterio de amor que se acaba de consumar.

En tercer lugar podemos contemplar la fe de los pastores. Todos los encuentros con Cristo concluyen igual: creer o no creer. Cuando la respuesta es de fe todo se ve de una manera nueva.

Este es el caso de los pastores. Lucas nos dice que al ver al Niño en el pesebre junto a su Madre reconocieron las cosas anunciadas acerca de este niño, además lo anunciaron a otros en el pueblo que se maravillaron de cuanto los pastores les habían dicho, el entusiasmo debía ser más que notable. Por fin, volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto.

Pero ¿qué habían visto y oído?: un establo, un niño precioso, pero muy semejante a cualquier otro recién nacido y una madre joven que les sonreiría con agrado junto a su esposo. Ciertamente este espectáculo no basta para confirmar en la fe. Sus ojos veían algo que la mirada terrena no acierta a descubrir. Ven que es cierto lo que los ángeles anunciaron con entusiasmo. Ya es bastante motivo. Pero es muy fácil que hubiese algo más. Sí, ciertamente hubo algo más. La gracia de Dios es la luz y la fuerza que hace que vean más allá de las apariencias.

La gracia les llenó de regocijo nada disimulado. Y luego, con el corazón lleno de alegría, volvieron a sus ovejas.

En medio de un mundo adormecido e indiferente, estos primeros  evangelizadores están abriendo una brecha y roturando los caminos  que conducen al niño. Como Moisés o Josué, se convierten en  «acompañantes de tránsitos», en descubridores de la nueva tierra  que mana leche y miel, en conocedores del código de señales que,  como en un juego de pistas, conduce hasta ella. 




Es toda la trayectoria de la fe la que queda insinuada: para llegar  a Dios hay que pasar por ese niño débil y sin poder y por cada  hombre, tan limitado, tan concreto. Porque a partir de ahora este  tejido frágil de nuestro destino humano se ha convertido en el destino  mismo de Dios. 

Hay un desvío, un rodeo inevitable en el camino hacia él: hoy pasa  por un pesebre, y mañana pasará por una cruz. Dios, hecho «como  uno de tantos» (Flp 2,7), ha quedado expuesto al peligro de no ser  reconocido. 

Hay que dejarse arrastrar por el movimiento descendente de ese  Dios «pasajero», sabiendo que aún no ha llegado la hora del «cara a  cara» con él. Y aceptar el escándalo de que haya querido manifestar,  en la asombrosa proximidad de un niño, la gloria que proclamaba el  ejército del cielo. 

Hay que aprender a traducir «lo que cuentan los ángeles» (la  Biblia, la teología, la tradición...), no sólo al lenguaje de los sabios y  entendidos de Jerusalén, sino al «dialecto de Belén», el que habla  «todo el pueblo» al que está destinado. 

Hay que tratar de ser «portadores de evangelio», como lo son  tantas personas que, sin saberlo, nos están transmitiendo algo del  «bien parecer de Dios», de su ternura y su amor gratuito, y que se  ponen a nuestro lado como compañeras de travesía. 

Lo encontraremos si nos vamos haciendo, como ellos, soñadores  despiertos, visionarios con los pies en el camino, barqueros entre dos  orillas, viajeros en tránsito.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

"Noche de Paz" La Canción que detuvo una guerra.







Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en el año 1914, la primera gran guerra del Siglo XX que le llamaron "La Guerra Para Terminar Todas Las Guerras," a los soldados de ambos lados se les aseguró que estarían de regreso en sus hogares para el día de Navidad y celebrarían la victoria. Esa predicción resultó ser falsa.

Las tropas en los frentes de batalla no regresaron al hogar para esa fecha y la guerra se prolongó por cuatro años. Durante éste tiempo, algo así como ocho millones y medio de hombres murieron y cientos de miles más murieron a causa de sus heridas.

La guerra para terminar todas las guerras tuvo un costo humano horrible y transformó a Europa de tal manera que gracias a su mal planeada conclusión, las semillas para la Segunda Guerra Mundial veinte y un años más tarde fueron sembradas. Sin embargo, en la Noche Buena (víspera de la Navidad) en Diciembre de 1914, uno de los acontecimientos más extraños registrados en la historia militar tuvo lugar en el Frente Occidental.

En la noche del 24 de Diciembre el tiempo se volvió frío bruscamente congelando el agua y la nieve que estaba media derretida que había en las trincheras en donde los soldados de ambos ejércitos (inglés y alemán) tenían sus literas para dormir.

En la parte de los alemanes, los soldados comenzaron a encender velas. Los centinelas británicos reportaron a sus oficiales que parecían haber pequeñas luces elevadas en postes ó bayonetas. Estas linternas iluminaban claramente a las tropas alemanas haciéndolas vulnerables a los rifles enemigos. Sin embargo, los ingleses se resistieron a disparar. Lo que era aún más sorprendente, los oficiales ingleses vieron a través de sus prismáticos que algunos hombres del enemigo sostenían árboles de Navidad sobre sus cabezas con velas en sus ramas.

El mensaje estaba claro: Los alemanes quienes celebraban la Navidad en la Noche del 24 de Diciembre estaban enviándole un mensaje Navideño a sus enemigos en el otro lado de el frente.

A los pocos momentos de ver ésta señal los ingleses comenzaron a escuchar a algunos de los alemanes cantando un villancico de Navidad. Muy pronto fue entonado a todo lo largo de las líneas alemanas según los otros soldados se unían en armonía.

Las tropas británicas reconocieron inmediatamente la melodía como "Noche de Paz" y muy pronto se neutralizaron las hostilidades en ambos lados. Uno por uno, los soldados ingleses y alemanes comenzaron a dejar sus armas a un lado y salir con rumbo a la "tierra de nadie" un terreno agujereado por las bombas entre las dos partes del frente. Tantos soldados de ambos lados salieron de sus trincheras que los oficiales superiores estaban impedidos de evitar ésta reacción espontánea. Había una tregua no declarado y estalló la paz.

Frank Richards fue un testigo de esta tregua no oficial. En su diario de la guerra escribió: 
Levantamos un pizarrón con 'Feliz Navidad' escrito. El enemigo también levantó uno igual. Dos de nuestros hombres arrojaron su equipo a el suelo y saltaron para afuera de su parapeto con las manos sobre sus cabezas al mismo tiempo que dos de los alemanas hacían lo mismo; los dos nuestros caminaron para encontrarse con ellos. Se dieron las manos y entonces todos nosotros salimos de las trincheras y así mismo también hicieron los alemanes.

Richards también explicó que algunos soldados alemanes hablaban inglés perfectamente bien, uno de ellos diciendo cuan harto estaba de la guerra y que estaría muy alegre cuando todo terminase. Sus contrapartes británicos estaban de acuerdo.

Esa noche, soldados que hasta ese momento eran enemigos se sentaron juntos alrededor del calor del fuego. Intercambiaron pequeños regalos de sus pobres pertenencias -barras de chocolate, botones, insignias y pequeñas latas de carne de res. Hombres que hasta solamente una horas antes se disparaban a matar estaban ahora compartiendo las festividades de Navidad y mostrándose los unos a los otros fotografías de sus familias.

La tregua terminó así como comenzó, por mutuo acuerdo. El capitán C.I. Sockwell de los Royal Welsh Fusiliers recordó como --después de una verdadera "Noche de Paz"-- disparó tres veces al aire el 26 de Diciembre a las 8:30 AM y se dirigió hacia las trincheras.

Un oficial alemán que intercambió regalos con Stockwell la noche anterior también apareció en una trinchera. Ellos se inclinaron en reverencia, se saludaron y descendieron de regreso a sus trincheras. Unos minutos más tarde, el Capitán Stockwell escuchó al oficial alemán disparar dos veces al aire. Estaban en guerra nuevamente. 


Aunque la guerra continuó se pudo vislumbrar una posible paz; un milagro de paz.

¡ Que en este tiempo de Adviento, seamos nosotros capaces en nuestros propios "campos de batalla" de buscar y generar PAZ allí dónde no la hay !




jueves, 22 de noviembre de 2012

Carta abierta a Cáritas

Estimados colaboradores y directores de Cáritas:

Entiendo que es muy duro lo que le pido en esta carta pero espero como seguidor de Jesús de Nazaret lo sepais interpretar.

Cáritas significa amor, su función no es recoger dinero sea cual sea la fuente y entregarlo a los necesitados.

Cáritas es algo más que todo eso, tiene como modelo al Maestro por encima de cualquier otra cosa.

Nadie duda de la valía y el talento de los poderosos, pero... ¿Aceptaría el Maestro 20 millones de euros sabiendo que se han ganado con el sudor de la esclavitud de los más débiles en países emergentes?

El Señor quemaría en cambio nuestros corazones con palabras de FUEGO, amor ardiente por nuestros hermanos esclavizados.

Renunciaría, sin miedo al poderoso, y públicamente explicaría ante TODA LA SOCIEDAD que le devuelve el dinero con todo el cariño y con la Esperanza de que se emplee en algo mucho más valioso que lo que Cáritas puede hacer.

Le pediría al poderoso que cree un sello en los productos que nos asegure que están hechos por trabajadores con derechos: mayores de edad, con salarios dignos, horarios dignos, condiciones laborales dignas, sanidad y educación para sus hijos.
Desde el inicio de la producción hasta el final de la cadena.

Estoy seguro de que si se las pronunciara Jesús de Nazaret directamente al Sr.Ortega lo entendería .

Pero también estoy seguro de que estas palabras pronunciadas por Cáritas moverían el corazón de los poderosos, y les animarían a cambiar el mundo, porque ellos pueden y deben.

Con todo mi afecto al que difunda este mensaje.

Blas de Lezo.

domingo, 7 de octubre de 2012

El 11 de octubre comienza el año de la fe


El Año de la fe se celebrará desde el jueves, 11 de octubre, hasta el 24 de noviembre de 2013. Su finalidad es contribuir a la conversión y a redescubrir la fe para que los cristianos seamos testigos creíbles, capaces de indicar la puerta de la fe a los que buscan. Su inicio coincide con el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y el vigésimo aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. En los actos que participe Benedicto XVI, especialmente durante la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, se favorecerá la unidad entre todos los cristianos. Las Conferencias Episcopales fueron invitadas a mejorar la calidad de la formación y a utilizar los nuevos lenguajes de comunicación y del arte. A las diócesis se propuso impulsar congresos, jornadas y celebraciones penitenciales. A las parroquias y movimientos religiosos se les propuso celebrar la Misa en comunidad porque “es allí donde se proclama, se celebra y se fortalece la fe de la Iglesia”.

DESDE EL PRINCIPIO

7 de octubre de 2012


PRIMERA LECTURA Gn 2, 4b. 7a. 18-24
SALMO Sal 127, 1-6
SEGUNDA LECTURA Heb 2, 9-11
EVANGELIO Mc 10, 2-16


El gran desafío que nos presenta este pasaje del Evangelio es lograr que continúe siendo Evangelio, es decir, que siga siendo un anuncio de una buena noticia y protegerla de quienes pretenden transformarlo en Ley. Los comentarios y el posicionamiento de muchas comunidades de fe frente a este debate reflejan claramente ese peligro y esa tentación. Toda la reflexión de este día tiene como objetivo mantener su naturaleza de Evangelio y evitar con todas las fuerzas la gran tentación de transformarlo en el anuncio de una nueva Ley en labios de Jesús de Nazaret. Toda la predicación tiene como objetivo proteger el Evangelio para que nadie lo transforme en ley y mostrar que Jesús de Nazaret no es Moisés.

Es por ello que importa en gran manera redescubrir el contexto y la intencionalidad que subyace detrás de este dialogo y debate con quienes representan la autoridad interpretativa que encuadraba en aquel tiempo la comprensión de las Escrituras. Este es el primer desafío.

También es importante destacar que el debate sobre los diversos modelos de familia no es un tema exclusivamente moderno. Ya en aquel momento existe un similar y acalorado debate. Dentro del mundo mental judío, tenemos dos escuelas interpretativas: una liberal y otra conservadora tal como ocurre aún hoy entre los líderes sociales y de las comunidades de fe. Frente a esa diversidad interna se alza la otra diversidad externa entre la comprensión de familia y sexualidad del mundo cultural judío y la del mundo que se rige por las pautas culturales romanas.

El siguiente elemento que es importante destacar en este desafiante texto del Evangelio es la libertad con la cual Jesús de Nazaret interpreta la Ley. Nos enfrentamos con dos conceptos interpretativos sobre el concepto de familia. Por un lado Jesús tiene una comprensión constructivista sobre ese tema y por ello siente que aquello que construyó Moisés se puede modificar porque en esa área no se define la relación con Dios sino que es un elemento que define y regula las relaciones de justicia y equidad de los seres humanos entre si. Frente a esa libertad de entender que las reglas relacionadas con el matrimonio y la familia es una construcción que se ha realizado y varia a lo largo de la historia y del tiempo y, que así como se construyó ese concepto se puede deconstruir y volver a construir. Pero en la base y fundamento de esa diversidad y cambios hay un elemento que es esencial y que no es negociable y al cual todo siempre y en toda circunstancia, esas normas y reglas se deben subordinar. Ese valor esencial es la igualdad de los seres humanos fundamentado en perspectiva de creación. Allí está el escándalo evangélico porque esa equidad e igualdad de origen es lo que toda legislación debe proteger, manifestar y a lo cual se debe subordinar. Muchas veces hemos ocultado ese valor indiscutible bajo estructuras familiares patriarcales, machistas y heterosexistas que han desconocido y aún desconoce esa igualdad y muy por el contrario nos hemos ocupado de un tema secundario como es el debate de la legitimidad del divorcio.

Como se refleja en el texto, el derecho al divorcio lo gozaban solo y exclusivamente los varones. No era un derecho que pudieran ejercer en igualdad de situación las mujeres porque detrás la concepción cultural de adulterio, divorcio y relaciones familiares subyace un concepto de propiedad. Es ese concepto de propiedad el que relaciona estos dos momentos de la lectura del Evangelio porque mujeres y niños eran propiedades del patriarca y toda la legislación y costumbres sociales estaban construidas para garantizar y proteger ese ejercicio de propiedad.

Es por ello que Jesús de Nazaret enfrenta en este debate dos lecturas enfrentadas de las Escrituras. Están quienes no aceptan el anuncio de las buenas noticias a los excluidos y para ello se fundamentan en algunos textos tomados de la Ley de Moisés. Frente a esa interpretación Jesús de Nazaret tiene un posicionamiento claro de ruptura de esa lectura de las Escrituras. Toda legislación se debe subordinarse a la intencionalidad primera y primordial de la creación: la igualdad de todos los seres humanos, la equidad de hombres y mujeres en el ejercicio de los derechos y obligaciones en el contexto la vida familiar y en espacial de la asociación matrimonial. Jesús de Nazaret descalifica los poderes que esa legislación le concede en exclusividad a los varones y les obliga a tratar en un pie de igualdad y equidad a las mujeres. Ese es el núcleo de la buena nueva escandalosa anunciada a los miembros vulnerables y débiles de ese contrato y de esa situación. Allí está la palabra central sobre la cual debemos profundizar nuestra reflexión.

También es totalmente nueva y escandalosa la comprensión de adulterio que tiene Jesús de Nazaret y que también es una ruptura. En el antiguo sistema toda la legislación que encontramos en las Escrituras tenía la finalidad de proteger la propiedad de los patriarcas y evitar luchas entre ellos. Por eso no se consideraba adulterio las relaciones de un varón con sus propias esclavas, con sus diversas concubinas y otras mujeres que estaban bajo su propiedad o con mujeres que no fueran propiedad de otros patriarcas. Si esas relaciones sexuales de los varones no desconocían el derecho de propiedad de otros patriarcas la relación sexual no se consideraba como adulterio. Aquí nuevamente Jesús de Nazaret coloca los valores y criterios de ese sistema literalmente patas para arriba y equipara escandalosamente la situación de hombres y mujeres. Esa equidad e igualdad es el tema que tenemos que debatir, proteger y promover.

En consecuencia, hoy no podemos hacer una lectura literal de este pasaje porque en todo momento tenemos que pensar en que toda legislación se debe subordinar a ese criterio de igualdad porque lo que se está discutiendo no es lo que hoy entendemos como divorcio sino que es el repudio como derecho exclusivo de varones que coloca en situación de vulnerabilidad a las mujeres. En su declaración Jesús de Nazaret da por terminado el privilegio de los varones patriarcas de familia, de repudiar a sus esposas que las empujaba a una total marginación. Se termina con los privilegios que gozaban en ese sistema exclusivamente los varones.

Nosotros también hoy tenemos que estar atentos a subordinar toda legislación social, eclesial y familiar a esa radical igualdad. Es necesario reconocer los cambios sociales, culturales y religiosos que se han producido entre nuestro contexto y aquel que transitaba Jesús de Nazaret y en todo debemos tener la misma respuesta fundamentada en la justicia, la igualdad y la misericordia. No podemos olvidar que este texto tiene que ser Evangelio, es decir, un anuncio del amor incondicional de Dios que no se lo puede someter a ninguna Ley que desconozca la gracia sorprendente de Aquel que nos ha creado iguales.

Es en este contexto de un concepto de propiedad ejercida como privilegio por los patriarcas de aquel entonces, que debemos comprender la siguiente escena cuando algunas personas, en una actitud realmente escandalosa le traían niños y niñas para que los tocara. Esos niños y niñas eran propiedad absoluta del patriarca y estaban colocados en el nivel más bajo de la escala jerárquica que tenía a esos mismos patriarcas en la cúspide de la piramide. Este gesto simple y sencillo cuestiona esa jerarquía y esos criterios de valorar a las personas. Nuevamente esos criterios son puestos patas para arriba. Estos niños y niñas son el signo y símbolo de quienes nuestros sistemas sociales, culturales y religiosos colocan en situación de marginación y vulnerabilidad. Nuevamente estamos frente a criterios de igualdad ya no basados en argumentos legales que desconocen la esencial fundamentación en la creación de los derechos humanos.

Indudablemente muchos discípulos de Jesús de Nazaret no han comprendido este gesto revolucionario y siguen reprendiendo a quienes aproximan a la comunidad de fe, para que sean tocados por la gracia radicalmente inclusiva de Dios a personas colocadas por el sistema en el nivel más bajo de la construcción jerárquica. Las personas y grupos en situación de vulnerabilidad  conocen muy bien la actitud de muchos de esos discípulos que aún discuten la legitimidad de muchas identidades para participar de la mesa sacramental y compartir el mismo espacio de comunión.

Jesús de Nazaret se enojó entonces y seguramente nunca permitirá que el sol se ponga sobre su enojo frente a quienes reprendían a  los discípulos que traían a los marginados, vulnerados por los sistemas teológicos y sociales, para que sean tocados por él. Jesús de Nazaret nos dice que tenemos que facilitar y dejar que los excluidos,  aquellos a quienes nuestros sistemas de poder no les reconoce ningún derecho, a que se acerquen a él. Tenemos que revisar leyes y reglamentos que actualmente no permiten el pleno ejercicio de sus derechos de proximidad a tantas identidades de hombres y mujeres y sobre quienes nos consideramos con el derecho de facilitar u obstaculizar que puedan ser tocados por Jesús de Nazaret. El Reino de Dios le pertenece justamente a quienes les negamos esos derechos y dignidades. Nuevamente nuestros criterios son puestas totalmente patas para arriba ¡Este es el tema que tenemos que debatir y no distraernos en situaciones bastantes secundarias a esta propuesta escandalosa!

Y en esto no terminan las exigencias de Jesús de Nazaret porque nos pide como condición para entrar en ese Espacio de soberanía de Dios que quienes desean formar parte del mismo tenemos que despojarnos, tal como lo deben hacer los patriarcas machistas y heterosexista, de todo privilegio y poder. Sin ese despojo no podemos entrar en el espacio que reconoce como único poder la voluntad de igualdad y equidad de Dios en su acto de creación.

Tenemos que preguntarnos si como personas y como comunidades de fe estamos dispuestos y dispuestas a tocar y abrazar a quienes son tocados y abrazados por Jesús de Nazaret. Ese abrazo y esa bendición que hace Jesús de Nazaret sobre esos niños  es el modelo de abrazo y bendición que debemos llevar a cabo en nuestro encuentro con las personas estigmatizas, invisibilizadas y marginadas por todos los sistemas actuales de poder, para que podamos todas y todos entrar en la nueva dimensión donde todas las personas con todas sus identidades y con todos sus derechos son abrazadas y abrazados con las manos de Jesús mismo, que revela y hace visible el gran abrazo de Dios.

(Jesús de Nazaret, el Cristo del Dios del Reino, tu has enfrentado las dudas, silencios y preguntas tendenciosas de cada generación. Perdónanos por tratar de enjuiciarte en tu ejercicio de una gracias radicalmente inclusiva y concédenos esa fe desafiante que construye comunidades que son santuario de dignidades y derechos, donde todos y todas te puedan reconocer y hacer tu voluntad. Amén.)

Pastor Lisandro Orlov
Buenos Aires, Argentina.



sábado, 6 de octubre de 2012

ALGO HABRÁN HECHO…

Iglesia y estigmatización de personas con VIH y/o Sida, a la luz de Lucas 13,1-5

Por: Lic. Gerardo García Helder
(Teólogo Católico Argentino)


La aparición del VIH y del Sida en los últimos decenios del siglo XX y su rápida propagación hasta alcanzar los actuales niveles ponen a la humanidad nuevamente ante la apremiante y desconcertante pregunta acerca del sentido del sufrimiento y desafían a quienes nos llamamos teólogas o teólogos a dar una respuesta desde nuestra fe y las Sagradas Escrituras a esta nueva realidad.


Ante esta situación, algunos discursos eclesiales –tal vez con el piadoso deseo de no cuestionar la bondad de Dios o por no atreverse a abandonar la clásica lógica de causa/efecto– han estigmatizado y culpabilizado a las personas con VIH y/o Sida, entendiendo a la pandemia como un justo castigo de Dios por los pecados de los infectados. El que los primeros infectados pertenecieran a grupos con prácticas sexuales que desafían el binarismo heterosexual y la monogamia favoreció la lógica de ver al VIH como un nuevo flagelo enviado por un Dios vigilante y castigador, empañado en disciplinar a la  humanidad sobre un único modelo cultural.


Y cuando comenzaron a aparecer personas infectadas fuera de los colectivos “hombres que tienen sexo con hombres”, “consumidores de drogas” y “trabajadoras sexuales” se comenzó a hablar de “víctimas inocentes” y a culpabilizar a sus progenitores o transmisores a pesar de que muchas veces estos fueran ignorantes de su condición seropositiva y no tuvieran intención de transmitir el virus.

Este modo de proceder sigue una lógica perversa: Se echa la culpa a la víctima procurando que el mal no resulte tan desestabilizador, irracional y amenazante. Si aquella jovencita que se presenta a la comisaría para denunciar una violación no se hubiera vestido de forma tan provocativa, el violador no la habría atacado… Si aquél judío en vez de tomar el peligroso camino que iba de Jerusalén a Jericó, optaba por otra vía para llegar a su casa, no lo habrían asaltado dejándolo medio muerto al borde del camino. Si estas personas que hoy viven con VIH y/o Sida hubieran frecuentado otros ambientes, se hubieran rodeado de mejores compañías, o hubieran escuchado los consejos de sus mayores…

La creencia en la bondad de Dios y en la armonía de su creación hoy es cuestionada por la presencia del VIH y del Sida como antes lo fue por otras desgracias y sufrimientos, sobre todo cuando caían imprevistamente sobre personas tenidas por justas y honestas. ¿Hoy podemos seguir afirmando que, a pesar de la pandemia, “Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno” (Gn 1,31)? ¿Podemos seguir diciéndole a Dios: “Tú lo has dispuesto todo con medida, número y peso” (Sab 11,20)? ¿Podemos creer que Él ha sido fiel a su promesa de no volver a maldecir el suelo por causa del hombre, porque comprendió que los designios del corazón humano son malos desde su juventud, ni querer castigar a todos los seres humanos como lo hizo en tiempos de Noé (cfr. Gn 8,21)?

“Vivimos bajo la ingenua suposición de que la realidad es naturalmente tal como nosotros la vemos y que todo el que la ve de otra manera tiene que ser un malicioso o un demente. (…) La capacidad de vivir con verdades relativas, con preguntas para las que no hay respuesta, con la sabiduría de no saber nada y con las paradójicas incertidumbres de la existencia, todo esto puede ser la esencia de la madurez humana y de la consiguiente tolerancia frente a los demás”. El abandono de la lógica de causa/efecto como único camino posible para interpretar el sufrimiento puede ser la conversión necesaria para que no terminemos estigmatizando al que sufre.
Es cierto que esta creencia, que desemboca de ordinario en actitudes de discriminación, puede apoyarse en algunos textos bíblicos, de los que se nutren también la teología retributiva y, su heredera, la teología de la prosperidad, hoy nuevamente en boga. Pero entiendo que la postura de Jesús ante esta realidad era otra. Por eso, a partir de los versículos 1-5 del capítulo 13 del evangelio de Lucas, que presentan explícitamente el pensamiento del Señor, trataré de desmantelar una manera de pensar que –como mucho– podría ser válida para otras tradiciones, pero que no puede ser tenida como cristiana. Me propongo favorecer una teodicea que sostenga una actitud eclesiológica de compasión e inclusión.

A muchos de los infectados y a sus allegados afectados en forma afectiva, social y económicamente por el VIH y/o el Sida “la tragedia los hizo comprender que la enfermedad y la muerte son trágicas solamente porque la vida es buena y santa”. Tal vez sobre este descubrimiento vivencial deberíamos trabajar pastoralmente para favorecer un cambio de actitud ante el sufrimiento. Así “el rol de las iglesias no [será] de condena, sino más bien el de ofrecer acompañamiento y apoyo, como otro ejemplo del Dios de la esperanza y el amor”.

Las iglesias tienen la obligación ética de hacer oír su voz, la voz de los sin voz: “¿Dónde está tu hermano?” (Gn 4,9). Porque estigmatizar es un pecado que atenta directamente contra Dios ya que “el que oprime al débil ultraja a su Creador, [en cambio] el que se apiada del indigente, lo honra” (Prov 14,31).

Juan Pablo II afirmó que “Paralelamente a la difusión del SIDA, se ha venido manifestando una especie de inmunodeficiencia en el plano de los valores existenciales”. Sobre esa inmunodeficiencia es sobre la que deben accionar las Iglesias previniendo todo tipo de estigmatización y discriminación.

Pertinencia del texto para la problemática VIH/SIDA

Las iglesias deben seguir anunciando la buena noticia del amor de Dios y asegurar que, a pesar de las dificultades, el sufrimiento y las desgracias, la vida es preciosa. Si diversas situaciones de la vida hieren y dejan tiradas, medio muertas, al borde del camino a muchas personas, la religión debe compadecerse de ellas, asistirlas, curarlas y ayudarlas a descubrir un sentido a su existencia ya que “Gloria Dei vivens homo et vita hominis visio Dei” (San Ireneo).

Es tarea de las teólogas y los teólogos cristianos ayudar a todas sus hermanas y hermanos en la fe a “tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp 2,5) que “no es incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros… y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer” (Heb 4,15.5,8); y alentar el seguimiento del Señor y la continua conversión a su evangelio de vida, abandonando todas aquellas teorías y prácticas que no buscan ayudar al que sufre o explicar el sufrimiento sino, fundamentalmente, defenderse a sí mismos.

EL ARTICULO FUE TOMADO DE LA PAGINA WEB PASTORAL ECUMENICA VIH-SIDA

El desafío de la inclusión en la teología de Jonás 1-4.

Por Sergio Ariel López

Seguramente hemos leído en el Evangelio de Mateo: “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y he aquí más que Jonás en este lugar.” (Mateo 12,41).

“La originalidad del mensaje de Jonás tiene una relación muy estrecha con el proprium del Nuevo Testamento: el amor de Dios; expresado en su perdón; su universalismo; su ofrecimiento de nuevas posibilidades; su decidida opción por la vida. Jonás constituye una de las proclamaciones más significativas de la soberanía de Dios de todo el Antiguo Testamento; y da un paso gigantesco en dirección a la revelación de Dios en Jesucristo.”

El libro del profeta Jonás integra la lista de los escritos proféticos pero se diferencia en casi todo de los cánones propios de este género, porque básicamente se trata de una narración con algunos elementos típicos del profetismo, tales como el llamado de Dios o la proclamación del mensaje revelado por el Señor.
Jonás es convocado por Dios para llevar adelante una misión: Proclamar contra Nínive, pues su maldad ha subido hasta la presencia de Dios (Jon 1,2). Nínive no era cualquier ciudad, una más entre otras. Nínive era la capital del imperio asirio cerca del 722 a.e.c.
Desde la consigna “Predica contra ella” en Jon 1,2 hasta la proclamación por parte de Jonás de la destrucción de Nínive en Jon 3,4 seguramente que hay muchas posibilidades o alternativas de lo que es posible anunciar; sin embargo, podemos suponer que un mensaje que proclame la destrucción de Nínive sería una oportunidad de placer personal, un anhelo expresado de ver a Nínive destruida y a Dios haciendo justicia a la manera que Jonás esperaba. ¡Por fin Dios hará justicia! Sin embargo, el profeta Jonás huye en dirección opuesta. Hace oídos sordos al encargo de Dios. Nada explica esta reacción en Jonás hasta que la justificación aparece al final del libro. “Y oró al Señor y dijo: Ahora, oh Señor, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.” (Jon 4,2).
Los habitantes de Nínive se arrepienten y creen en Dios. El rey finalmente formula el porqué de su conversión: tal vez, quizás Dios pueda aplacarse y cambiar su decisión.
“La teología del arrepentimiento y de la salvación viene de la voluntad del rey de Nínive. ¿Quién está en lo correcto? ¿Jonás quien anuncia el final de Nínive o el rey de Nínive que espera escapar de la terrible suerte?”
La mayoría de los comentarios sobre el libro de Jonás coincide en destacar que el nombre Jonás no necesariamente concuerda con el autor del libro de Jonás. Se sabe por 2 Re 14,25 de la existencia de un Jonás hijo de Amitay en tiempos de Jeroboam II, pero tampoco podemos vincular a este Jonás con el personaje central del libro del profeta Jonás, pues en ningún momento se afirma que haya sido autor de este libro o contemporáneo a la datación del mismo. Lo que si podemos afirmar siguiendo el pensamiento de René Krüger, que los elementos irónicos y satíricos dan sentido al uso de material legendario como es el nombre del profeta, pero también es un condimento esencial de la obra que cuestiona el particularismo y exclusivismo de Israel. Por lo demás vale lo indicado por Krüger: “La interpretación de Jonás suele moverse entre dos grandes líneas: mensaje de universalismo versus particularismo y egoísmo judíos…”
Por lo tanto la veracidad de los hechos descriptos en el libro de Jonás no marca ni determina la fecha de composición.
“Con respecto a la datación histórica del escrito suele pensarse en tiempos postexílicos, tomando en consideración la dimensión universalista, criterios lingüísticos (arameismos), y datos fantásticos sobre la ciudad de Nínive…”
La teología de la elección exclusiva de Dios a favor del pueblo de Israel y las promesas que le fueron reservadas constituyen a nuestro parecer el hilo conductor del Pentateuco y del mensaje de los Profetas. La investigación intentará descubrir si este paradigma teológico explica todas las realidades y vivencias del pueblo elegido o si resulta ser un corsé teológico para el mismo pueblo.
Nos proponemos considerar la naturalización que hacemos en lenguaje teológico respecto de la elección exclusiva de Dios por un pueblo, como un elemento altamente excluyente. Esta ironía presente en el libro de Jonás, de la que hablamos anteriormente, nos permitirá descubrir nuevas propuestas teológicas escondidas en la obra. ¿Podemos imaginarnos un amor universal de Dios expresado ya en el Antiguo Testamento? O quizás en otro nivel de cuestionamiento ¿la elección de Israel es sinónimo de exclusividad?
Interpretar la acción de Dios, su manera de actuar en acontecimientos históricos que no deberían darse o en lugares donde Dios no debería “meterse” obligan a de-construir una teología cerrada de Dios para abrirse a otras posibilidades, con el riesgo de llegar a convertirse en inviable el esquema de “elección exclusiva”.
Los ninivitas son el símbolo de los paganos opuestos al pueblo de Israel. Merecerían que Dios hiciera justicia a favor de Israel castigando a Nínive y dejando en claro la polaridad existente entre unos y otros. Para Israel, gracia, perdón y protección; para Nínive, exclusión, castigo y condena.
La huida de Jonás en dirección opuesta a Nínive es un motivo que nos lleva a pensar en diferentes direcciones. El anuncio profético de Jonás, ¿será finalmente refrendado por Dios con la destrucción total de Nínive? ¿No quedaría en ridículo su fama de profeta si no acontece la destrucción tal como la anuncia Jonás de parte de Dios? Su negativa de dirigirse a Nínive, ¿podría ser un “quite de colaboración” para que Nínive no se convierta y para que no pueda quedar demostrado que Dios es un Dios de amor universal e inclusivo?
Concretamente el libro de Jonás, ¿sería una reacción a un paradigma teológico que ya no ofrecía respuestas? ¿Se trata de una nueva construcción de un YHVH universal vs un YHVH exclusivo?
¿Es la elección de Nínive un elemento tan antagónico y diametralmente opuesto a la visión de Israel que permitiría albergar cualquier otra realidad social, religiosa e inclusive teológica?
Nos proponemos descubrir en una primera aproximación a la lectura y análisis del texto de Jonás que se trata de una profunda crítica política, social y religiosa de los esquemas de pensamiento y teología vigentes en Israel.
En un segundo momento, nos proponemos descubrir qué imagen, rostro, idea de Dios plantea el autor de Jonás, qué elementos aporta para descubrir el paso de una construcción de un Dios de esquema rígido, omnisciente, abstracto a un Dios “que cambia”, “que se arrepiente” etc. y que paradójicamente es capaz de incluir en su amor también al enemigo tradicional y mayúsculo de su pueblo Israel.
Persiste en nuestras teologías y praxis eclesiales el paradigma de “elección exclusiva de Dios” que albergaría la posibilidad de polarizar la realidad entre “salvos” y “condenados”
En el contexto del VIH y/o SIDA, ¿es posible aplicar el esquema propuesto en el libro de Jonás para reformular la teología y las prácticas eclesiales en nuestro tiempo tan marcadas por fundamentalismos? En Argentina, son muchas las confesiones de fe que desde sus teologías y sus eclesiologías promueven esquemas de exclusión y estigmatización. Polarizan la realidad de unos buenos y salvos versus el resto, los “del mundo” (tan numerosos como Nínive) perdidos y abandonados a su suerte y merecedores de todo castigo.
“El libro no tiene destinatario, hecho que refuerza la dimensión universalista… proyecta una tolerancia sumamente amplia y propaga un amor de Dios, capaz de hacer lo “humanamente posible” para salvar a sus hijos de la destrucción… una señal de advertencia contra todo estrechamiento y esquematismo religioso.”
Queremos elaborar entonces, una reflexión teológica que parta de los excluidos, marginados y estigmatizados en la realidad concreta del VIH y/o SIDA. Nos proponemos descubrir los elementos que deberíamos modificar en nuestras iglesias para no seguir reproduciendo la vieja teología de la “elección exclusiva”, y la imagen de un Dios para pocos que bajo ningún concepto cambia o modifica su parecer. Plantearíamos así que el lugar que Dios elige es el del escándalo, de lo improcedente, de lo inapropiado y que si huimos de allí como Jonás de la misión que Dios le encomendó con Nínive, huimos de Dios.
Finalmente nos proponemos enmarcar esta reflexión en el contexto de la teología de la Gracia que nos permitiría desde la identidad luterana dar una respuesta o al menos dejar una puerta abierta en pos de un nuevo esquema o paradigma que nos posibilite una nueva praxis de apertura e inclusión.

EL ARTICULO FUE TOMADO DE LA PAGINA WEB PASTORAL ECUMENICA VIH-SIDA

martes, 18 de septiembre de 2012

TOMAR EN SERIO A JESÚS


Por José Antonio Pagola

El episodio de Cesarea de Filipo ocupa un lugar central en el evangelio de Marcos. Después de un tiempo de convivir con él, Jesús hace a sus discípulos una pregunta decisiva: "¿Quién decís que soy yo?". En nombre de todos, Pedro le contesta sin dudar: "Tú eres el Mesías". Por fin parece que todo está claro. Jesús es el Mesías enviado por Dios y los discípulos lo siguen para colaborar con él.

Jesús sabe que no es así. Todavía les falta aprender algo muy importante. Es fácil confesar a Jesús con palabras, pero todavía no saben lo que significa seguirlo de cerca compartiendo su proyecto y su destino. Marcos dice que Jesús "empezó a instruirlos". No es una enseñanza más, sino algo fundamental que los discípulos tendrán que ir asimilando poco a poco.

Desde el principio les habla "con toda claridad". No les quiere ocultar nada. Tienen que saber que el sufrimiento lo acompañará siempre en su tarea de abrir caminos al reino de Dios. Al final, será condenado por los dirigentes religiosos y morirá ejecutado violentamente. Sólo al resucitar se verá que Dios está con él.

Pedro se rebela ante lo que está oyendo. Su reacción es increíble. Toma a Jesús consigo y se lo lleva aparte para "increparlo". Había sido el primero en confesarlo como Mesías. Ahora es el primero en rechazarlo. Quiere hacer comprender a Jesús que lo que está diciendo es absurdo. No está dispuesto a que siga ese camino. Jesús ha de cambiar esa manera de pensar.

Jesús reacciona con una dureza desconocida. De pronto ve en Pedro los rasgos de Satanás, el tentador del desierto que busca apartar a las personas de la voluntad de Dios. Se vuelve de cara a los discípulos e increpa literalmente a Pedro con estas palabras:"Ponte detrás de mí, Satanás": vuelve a ocupar tu puesto de discípulo. Deja de tentarme. "Tú piensas como los hombres, no como Dios".

Luego llama a la gente y a sus discípulos para que escuchen bien sus palabras. Las repetirá en diversas ocasiones. No las han de olvidar jamás. "El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga".

Seguir a Jesús no es obligatorio. Es una decisión libre de cada uno. Pero hemos de tomar en serio a Jesús. No bastan confesiones fáciles. Si queremos seguirlo en su tarea apasionante de hacer un mundo más humano, digno y dichoso, hemos de estar dispuestos a dos cosas.


Primero, renunciar a proyectos o planes que se oponen al reino de Dios. Segundo, aceptar los sufrimientos que nos pueden llegar por seguir a Jesús e identificarnos con su causa.


lunes, 17 de septiembre de 2012

LA OVEJA ROSA : "EL EVANGELIO ES GAY-FRIENDLY"

Un sacerdote británico se ha convertido en el conferencista sensación de prestigiadas universidades del mundo debido a su alborotadora teología de la liberación gay, que sostiene que cada que crucificamos a un individuo es como si estuviéramos crucificando de nuevo a Jesús. 

James Alison, asegura que al interior del Vaticano está tomando fuerza la aceptación de lo gay como una variante minoritaria no patológica. Esta es una conversación con "la oveja rosa" del rebaño católico.





James Alison me recibe en sandalias de plástico y una playera negra con la leyenda "sacerdote" impresa en los colores del arco iris que son, también, los colores de la diversidad sexual y el orgullo gay. Y ríe. Ríe cuando parodia el hablar afeminado de algunos obispos, a los que llama "señoras duquesas", que son ellos mismos gays de clóset pero que persiguen encarnizadamente a los homosexuales. Y se ríe de sí mismo cuando le cuento de un grupo de católicos mexicanos como Alejandro Solalinde, Raúl Vera, Javier Sicilia —a quienes he entrevistado en los últimos meses— que se han comprometido con la defensa de los derechos humanos en nuestro país, y a quienes defino como "ovejas negras" por su doble disidencia frente a la jerarquía eclesiástica y el Estado mexicano.

—Ahora vas a sumar una oveja rosa a tu lista de entrevistados —me dice de sí mismo, y ríe una vez más, mientras prepara un café. Conversamos en la sala de una casita de clase media en el sur de la ciudad, residencia de una pareja gay que hospedó unos días a Alison, durante una visita a México, invitado por la Universidad Iberoamericana para participar en un coloquio sobre la violencia contemporánea a la luz del pensamiento de René Girard, filósofo francés que propuso la teoría mimética, según la cual nuestros deseos como seres humanos se basan en la imitación de los deseos del resto de los integrantes de nuestra comunidad.

Girard añade que la violencia y el conflicto tienen su origen también en la imitación del deseo de dominación. Los seres humanos, continúa esta teoría, han contenido la violencia a través del mecanismo del chivo expiatorio, de la noción del otro, el maléfico, el que es distinto y puede ser culpado de nuestros problemas y así hemos formado comunidades por contraste entre buenos y malos y la noción dentro-fuera. De esta escuela de pensamiento participa James Alison.

Veo sonreír a James Alison, este sacerdote británico que aparenta unos 40 años de edad —en realidad tiene 52— y pienso en el largo camino de rupturas, pérdidas y hostigamientos que recorrió antes de acostumbrarse a burlarse de sí mismo y de la institución eclesial a la que pertenece. Hoy es uno de los teólogos más respetados en el mundo católico disidente —sus libros han sido traducidos a seis idiomas— pero la suya es una historia de conversiones, rebeliones y reinvenciones: criado en la línea más conservadora de la Iglesia anglicana, se convirtió al catolicismo; se asumió homosexual desde que entró como novicio con la Orden de Predicadores y ahora se aboca a la creación de una teología gay, que postula una fe más allá del resentimiento, y que se ha convertido en la principal orientación teológica para grupos de homosexuales católicos en diversos países, incluido México.


Este hombre fornido de un metro noventa de estatura nació en Londres en 1959, en una familia de la línea dura del anglicanismo. Su padre, Michael Alison, fue miembro del parlamento británico durante treinta y tres años y, durante una década, ocupó el puesto de parliamentary private secretary de la primera ministra Margaret Tatcher —el diputado que debía acompañar a la Dama de Hierro en todo momento dentro la Cámara de los Comunes—. Michael se hizo célebre como líder del sector conservador de la Iglesia de Inglaterra, y promovió a los evangelistas más radicales de los Estados Unidos, como Billy Graham y Charles Colson.
Su hijo James Alison, cuando apenas tenía doce años, se enamoró de un muchachito católico y heterosexual. James encontró una forma de cristianismo distinta a la que había conocido en su casa a través a través de aquel niño. "Asocié su calidez a su catolicismo… Suena extraño, porque la gente piensa que la Iglesia católica es lo más homofóbico que hay, pero si lo contrastas con el mundo evangélico de línea dura, la Iglesia católica es de una flexibilidad y holgura muy grande", me dice.
A los 18 años de edad dio los dos pasos más largos de su vida: se convirtió al catolicismo y salió del clóset. "Con mi papá nunca conseguí reponer las cosas. Se flexibilizó un poquito después de retirarse de la política, pero aquella mentalidad evangélica es bastante inflexible y la inflexibilidad es señal de fragilidad también. No sé qué fue más difícil para él, si hacerme católico o asumirme gay, y le cayeron las dos cosas al mismo tiempo. Él lo consideraba como cierta forma de traición, como si lo hubiera hecho deliberadamente para chingarlo", recuerda ahora el teólogo de la liberación gay.
Estudiante de español e historia en la universidad de Oxford, James Alison se sentía asfixiado en su país. Se inscribió en un programa de intercambio y a los 21 años llegó a México. Durante un año fue asistente de profesor en la Escuela Normal Superior, ubicada en la Ribera de San Cosme, en donde enseñaba inglés a los futuros maestros de lengua extranjera de nivel secundaria. El centro histórico de la Ciudad de México se convirtió en su barrio adoptivo y así conoció a los monjes dominicos del templo de Santo Domingo. 
Alison nunca ocultó su homosexualidad. En 1982, cuando entró al noviciado dominico, Juan Pablo II tenía apenas tres años como pontífice. La ola neoconservadora que imprimió el papa polaco a la Iglesia católica era aún incipiente y con tal de que guardara discreción su preferencia sexoafectiva no se consideraba un problema. James Alison regresó a Oxford a hacer los estudios sacerdotales de filosofía, y después su congregación lo envió a Brasil a estudiar teología, en donde se doctoró. Y aunque lo ordenó sacerdote el obispo de Portsmouth, Inglaterra, Crispian Hollis, regresó a Brasil a estudiar un doctorado y se dedicó a acompañar enfermos de sida, en la época en la que no existían aún antirretrovirales y 80% de los enfermos fallecían, en promedio, cinco meses después de que fueran diagnosticados.

El evangelio en clave gay

Alison ha aplicado el vislumbre girardiano a la interpretación del evangelio, lo que le ha permitido distanciarse de la lectura del Dios que manda a su hijo, el Cristo, al sacrificio para satisfacer su justa ira, una visión dominante en el mundo protestante y en algunos sectores del catolicismo. Para Alison, en cambio, la violencia de la crucifixión aparece como puramente humana.
Al dejarse sacrificar, Jesús exhibe la violencia de los humanos y ofrece su vida como una provocación para que esa misma violencia se supere. Jesús deja de ser el chivo expiatorio —que le daba estabilidad al pueblo de Judea— para convertirse en una denuncia de ese mecanismo de sacrificio del otro. La enseñanza que deja la crucifixión es que cada vez que crucifiquemos a alguien es posible que estemos sacrificando nuevamente a Cristo, dice Alison.
En la teoría girardiana, la existencia del chivo expiatorio impide, además, que se formulen preguntas científicas. Mientras tengamos brujas a quien echarle la culpa del granizo, jamás nos preguntaremos qué provoca que lluevan piedras de hielo. Por ello también Alison hace un llamado a evitar la actitud victimaria.
En su conferencia en la Universidad Iberoamericana del 28 de agosto pasado, Alison calificó a la auto-victimización como "un sentido chatarra". Los que se victimizan basan su reconocimiento en la violencia del otro, dijo. Y convocó por eso a construir un sentido que no dependa de la reactividad, que esté dispuesto a la pérdida de reputación y de la pertenencia. "Únicamente quien no tenga prisa para la sobrevivencia puede darse el lujo de habitar el tiempo de la indiferencia", dijo Alison.
—¿Qué te dice como teólogo el hecho de que Jesús haya incorporado a su grupo a los marginales de la sociedad como a los publicanos (recaudadores de impuestos), prostitutas y leprosos?  —le pregunto en una de nuestras conversaciones.
—Va de manera contraria a cualquier tentativa a crear un grupo de los buenospor contraste con los malos. En ese sentido el evangelio es evidentemente gay-friendly [amigable con los homosexuales]
—Has hablado de ir más allá del resentimiento para construir una teología gay.
—Ha sido mi experiencia personal, como de mucha gente, quedarse resentido y agobiado por actitudes de constante crítica y menosprecio frente al lenguaje hiriente de algunas autoridades eclesiásticas, que hablan de nuestros matrimonios como si fueran entre cucarachas. Una reacción muy común es el resentimiento y una enemistad obsesiva. El gran peligro del resentimiento hace que el obstáculo sustituya el proyecto. Y podemos quedarnos obcecados en el obstáculo y eso termina secando la imaginación. Si uno se deja definir por el mal que te hace, entonces vencen los que te quieren mal. Es dar hospedaje a tus enemigos. A ellos no les molesta pero a ti te hace sufrir. Me parece muy importante superar el resentimiento. 

Esta es parte de la entrevista realizada por EMILIANO RUÍZ

(Es interesante la línea de lectura exegético- hermenéutica del libro UNA FE MÁS ALLÁ DEL RESENTIMIENTO. Apropiarse de los textos Bíblicos y hacerlos parte de uno a veces ayuda a ver más claro a lo que uno está llamado. Esta es la propuesta de Alison en este libro.)
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jueves, 13 de septiembre de 2012

El Evangelio de Lucas según la Biblia Queer V

ACCIÓN COMPASIVA

Ungido con el Espíritu en su bautismo, Jesús comienza su ministerio profético, declarando que el versículo profético de Isaías 61.1, se ha cumplido hoy. Para Lucas, Dios lo ha ungido como un profeta carismático, para predicar la buena noticia a los pobres, proclamar la libertad a los cautivos, traer recuperación de la vista a los ciegos, liberar a los oprimidos, y proclamar un año de gracia del Señor. Jesús rompe los límites sociales y físicos, para sanar y componer las vidas. Lucas destaca la compasión en el ministerio de Jesús. En el “Sermón en el Llano”, Jesús anuncia: “Sean compasivos como su Dios lo es” (6.36) Marcus Borg anota que “…el término compasivo tiene las connotaciones de alimentador, dador de vida, abrazador; quizás también sugiere sentimientos de ternura” (Borg 1984 (1998):102)

Jesús habla y vive la compasión de Dios, dirigiéndose a los pobres y los ricos de la misma manera, curando a los que sufren y creando una comunidad inclusiva. Las curaciones y exorcismos son importantes en el ministerio de Jesús. El Evangelio de Lucas destaca los sufrimientos de las personas que buscan curación. Tradicionalmente, Lucas fue considerado como médico, y esa impresión emerge del retrato que hace de Jesús, como un sanador compasivo; que cura a los enfermos y exorcisa a los poseídos. Para Lucas, Jesús restaura a aquellos que están enfermos y los incluye en una nueva sociedad: el reino de Dios. Como los enfermos no forman parte del reino de los sanos, deben ponerse aparte o excluirse. Jesús expresa la compasión de Dios para con aquellos que sufren físicamente, incluso desafiando las leyes del Sabbath, en cuanto a la curación de los enfermos (4.31-37; 6.6-11; 13.10-17; 14.1-6) Jesús argumenta que el Sabbath es un día de restauración y totalidad, y qué mejor día para curar y hacer que las personas estén completamente sanas. El Sabbath está hecho para mostrar la compasión de Dios.

Un paralelo entre las historias de curación de Jesús y los “queer” contemporáneos es el cambio de los cuerpos. ¿Por qué los cuerpos de los translesbigay provocan respuestas tan fóbicas? ¿Por qué los cuerpos enfermos en la Palestina del siglo I, provocaban respuestas tan fóbicas? En ambos casos, el miedo a la polución es sintomático de una sociedad ansiosa en cuento a los límites sociales. Cualquier cosa que cruce o rompa esos límites, es potencialmente peligroso y definitivamente contaminante de la sociedad, entonces y ahora.


El clima de las exclusiones de horrible tanto en el siglo I de Palestina como en las culturas contemporáneas. Esto es claro para muchas personas “queer” que han vivido las peores devastaciones de la pandemia VIH-SIDA. Comparemos la curación de los leprosos en Lucas (5.12-16; 17.11-19), con el siguiente relato de un joven portador de VIH:

“Un joven de Carolina del Norte pareció evaporarse hasta puro espíritu, mientras su cuerpo se marchitaba y su vista iba perdiéndose en una nube. En el último año de su vida, lo alimentaba su mamá, de mañana, al mediodía y de noche, alcanzándole el alimento desde su puerta trasera”(Brantley 1996: 217)

Jesús no dudó en tocar a los leprosos, mientras esta madre alimentaba a su hijo ciego desde la puerta, sin dejarlo entrar a la casa. Los códigos de pureza de los cristianos modernos son a menudo tan letales e inhumanos como los códigos antiguos. La víspera de Navidad, una rica iglesia Episcopal (muchas historias parecidas se encuentran en otras iglesias también) de San Luis, descubrió que un sacerdote, Carlos, tenía SIDA, cuando fue hospitalizado por una neumonía. Empacaron sus pertenencias y lo pusieron en la calle. Una comunidad de fe le dio la bienvenida a sus servicios de los viernes:

“Para los cristianos “queer”, el rostro de Dios se imagina en los muchos rostros de las personas que viven con VIH, dentro de su comunidad o fuera de ella…Ellos descubrieron a un Dios que está profundamente encarnado en su mundo social, un Dios que sufre cuando ellos sufren…Dios realmente sufre con las personas VIH, su enfermedad, y sus aflicciones sociales. (Goss 1993: 135)

La solidaridad compasiva de Dios con los enfermos y los poseídos, transgrede los límites físicos y sociales que los excluyen de la sociedad.

La antropóloga Mary Douglas argumenta que los mapas del cuerpo físico se repiten en el cuerpo social. Las normas que regulan y clasifican el cuerpo humano forman un microcosmos de los mapas normativos que gobiernan el cuerpo social (Douglas 1966; Neyrey 1991) Jesús se ocupó de los “moralmente impuros”, tanto como se ocupó de los físicamente impuros. Es tan flagrante con los códigos morales de pureza, como lo es con su transgresión física, tocando a los muertos y a los leprosos, y curando a una mujer que estaba menstruando. Comía con los sospechosos de inmorales: cobradores de impuestos, prostitutas y pecadores (5.27-32; 7.29-31; 15.1-2; 18.4-14; 19.1-10) Jesús fue un profeta “queer”, fuera de lugar, en su no adhesión a los códigos de santidad/pureza. Compasivo, dio la bienvenida a los excluidos del reino de Dios, proclamando que Él había dibujado nuevos mapas de pureza y santidad.

EVANGELIO DE LUCAS / Robert E. Goss, en The Queer Bible Commentary. Traducción: M.C.R.P.

Parte 4                                                                    Parte 6