“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

lunes, 3 de febrero de 2014

Vestido y en su sano juicio.

CUARTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2014

Lectura del segundo libro de Samuel 15, 13-14. 30; 16, 5-13a
Salmo responsorial Sal 3, 2-3, 4-5. 6-7
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 5, 1-20


Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los 
cerdos. 
Ellos le rogaban que se marchase de su país. 


La vida tiene cosas curiosas.
Y los hombres somos desconcertantes.
Un hombre que sufre de malos espíritus no preocupa demasiado.
Pero unos cerdos que se ahogan en el Lago, esos sí son importantes.
Ya está bien que los cerdos sean más importantes que las personas.
Que un hombre esté poseído y haya perdido el juicio, carece de interés.
Pero que unos cerdos se ahoguen eso sí es una tragedia.

Para estos gerasenos los cerdos eran más importantes que el hombre que sufre.
Para estos gerasenos los cerdos eran más importantes que el mismo Jesús.
Llegan a tal punto que terminan “rogándole que se marchase de aquel país”.
Con Jesús sanando enfermos corrían el riesgo de quedarse sin cerdos.
Que hubiese enfermos eso que cada cual se las vea, aunque tenga que vivir en los cementerios.
Pero quedarse sin cerdos es toda una tragedia.

En su pueblo quisieron desbarrancarlo monte abajo.
En Gerasa no son tan brutos, pero delicadamente le piden que se “marche del país”.
Su presencia resulta no liberadora sino peligrosa.
Su presencia en su pueblo es un estorbo porque se niegan a aceptarle como profeta.
Su presencia en Gerasa es un peligro para los cerdos.

Señor: es cierto que tu presencia, muchas veces nos complica la vida. Pero prefiero que nos compliques la vida a que nos dejes por imposibles. Echa al lago todos los malos espíritus que llevamos dentro, pero a nosotros sánanos.

Sananos Señor porque ya no nos entienden; porque asi ya no nos entendemos.

Sananos porque el Endemoniado de Gerasa ya no es mas aquel a quien podiamos señalar con el dedo.

(o tal vez sananos -y sanalos- porque ya no queremos ser más como el Endemoniado de Gerasa y queremos al fin ser libres de tantas ataduras, etiquetas y señalamientos digitales)

Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, 
vestido y en su juicio. 
Se quedaron espantados. 

Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los 
cerdos. 
Ellos le rogaban que se marchase de su país. 

Ellos le rogaban que se marchara de su país. Así de simple. Algo estaba cambiando. Alguien estaba cambiando. Alguien había cambiado ..... y eso les daba miedo.

Lo que les chocó fue verle sentado. Lo que les chocó fue verle vestido. Lo que les chocó fue verle en su sano juicio ........ porque ANTES eran "ellos" los que estaban en su sano juicio. Y de echo lo que les habia mantenido en sus cabales era que habia una persona que no lo estaba. 

Probablemente los habitantes de Gerasa no tienen idea de por que tienen miedo.  Sea lo que fuera aquella fuerza extraña que ha sacado al endemoniado de las reglas de juego que les permite sobrevivir, se trata de una fuerza muy amenazante, y así lo sienten. De modo que le piden a Jesus que se vaya.

De modo que Jesus se va ... pero deja plantada una semilla.

Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. 
Pero no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que 
el Señor ha hecho contigo por su misericordia. 
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había 
hecho con él; todos se admiraban. 

Contrario a todas las peticiones al mismisimo Jesus por parte de seguidores y discipulos (Ven y Sigueme) , ésta vez Jesus le pide al ex-endemoniado que se quede con los suyos y comparta su historia. Tarea mucho más audaz.

"Vete a tu casa con los tuyos" ¡ Su casa! ¡ Los suyos ! Son realidades tan extrañas para el ex-endemoniado.

La lógica del razonamiento no parece ser "Es mejor que un hombre sea expulsado para que no se perturbe la nacion entera " . Por el contrario, lo que sostiene parece ser · Es mejor que un hombre sea humanizado y que la nacion entera aprenda a vivir de forma humanizada ". 

Muchos (gays) hemos sido tratados por diversos grupos cristianos como si estuviéramos con un espíritu inmundo. En la forma de exorcismos, para echar ‘el espíritu de la homosexualidad’, muchos hemos conocido de primera mano lo que es encontrarse supino a la aniquilación del ser que ha producido para nosotros todo el lenguaje sobre lo demoníaco.

Nosotros tenemos que aprender a distinguir entre la lógica de la Gracia y la lógica de la expulsión., revestidas ambas de las mismas palabras.

Poco a poco debemos darnos cuenta de esa violencia en la que estamos metidos; en la que estuvimos metidos, y ser capaces de descubrir la Gracia que nos rodea.

En este discurso sobre lo demoníaco hay, en primer lugar, una lógica según la cual Dios, el don del ser y el don de pertenecer dependen enteramente del grupo de los “buenos”, quienes “saben” lo que es cierto.


“Si fue posible para el endemoniado de Gerasa entrar en su recto juicio; si nosotros, como gente gay, estamos a pesar de todos los pesares a la puerta de poder hablar entre amigos, en casa, en nuestro cabal juicio, es porque el endemoniado ha sido de verdad, y por fin genuinamente, poseído por el Espíritu”.

Con los primeros balbuceos del sano juicio ya podremos seguir al Señor entre los nuestros sin violencias ni busqueda de falsas imagenes propias.

 Levántate, Señor, sálvame. 
Señor, cuántos son mis enemigos, cuántos se levantan contra mí; cuántos 
dicen de mí: Ya no lo protege Dios.
Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza. 
Si grito, invocando al Señor, él me escucha desde su monte santo. 
Puedo acostarme y dormir y despertar: el Señor me sostiene. 
No temeré al pueblo innumerable que acampa a mi alrededor.
Levántate, Señor, sálvame. 

Fuente: Juan Jauregui :  Un Dios Bombero  
            James Alison:   Una fe más allá del resentimiento