La Iglesia afirma, desde sus orígenes, siguiendo la tradición judáica, que sólo Dios es santo. Sin embargo, por el hecho del bautismo y la adopción que conlleva, los cristianos son asociados y llamados a la santidad, que es una vocación universal.
El apóstol San Pablo designaba como santos a los cristianos que vivían en una ciudad determinada, expresando la santidad como el estado de comunión con Dios, en la Iglesia, por el bautismo.
Los santos en sentido estricto son aquellos que alcanzan la beatitud eterna, contemplan a Dios en el Cielo e interceden por los seres humanos en la Tierra.
Poco a poco, la noción de santo se iría ampliando, y numerosas personalidades locales de la Iglesia primitiva y de las nuevas poblaciones cristianizadas adquirirían la reputación de la santidad.
Para los católicos, los santos forman la llamada Iglesia triunfante e interceden ante Dios por la humanidad, por los vivos en la Tierra y por los difuntos en el Purgatorio: es la llamada comunión de los santos. Todos ellos, incluso los que no han sido oficialmente reconocidos como tales, tiene su festividad conjunta en el Día de Todos los Santos, que se celebra el 1 de noviembre y que para los católicos representa que, más allá del número de personas canonizadas (es decir, de las cuales la santidad se afirma sin ambigüedad y se les puede venerar), hay abundantes cristianos (e incluso no cristianos en sentido estricto, como Abraham, Moisés, David, Job), que ha alcanzado el ideal de comunión con Dios.
Los santos inscritos en el martirologio romano son los declarados por la Iglesia Católica como indudablemente presentes en el Cielo y, por tanto, pueden ser objetos del culto público, el llamado culto de dulía, a diferencia del culto de latría, que no debe dirigirse más que a Dios. Una excepción en estas categorías del culto representa la Virgen María, receptora de la hiperdulía que se celebra en los lugares de apariciones marianas.
Aunque los antiguos santos eran declarados como tales por los obispos, el procedimiento, a lo largo de los siglos, se ha ido centrando en Roma y, desde hace un milenio, sólo el Papa puede celebrar canonizaciones. La Iglesia Católica establece la santidad de ciertas personas mediante los procesos abiertos por la llamada Congregación para las causas de los santos. El proceso de santificación tiene que pasar por las etapas de venerabilidad, beatificación y canonización. El proceso de canonización adopta las formas de un proceso judicial en el que una persona (el «promotor de justicia», tradicionalmente llamada abogado del diablo) examina y cuestiona la supuesta santidad del candidato propuesto por el postulador de la causa. En este sentido, el postulador asume el papel de «fiscal», pues debe «demostrar» la santidad del candidato, y el promotor actúa como la «defensa», pues le basta mostrar dudas razonables contra la causa. Aunque el derecho canónico establece un tiempo mínimo entre el fallecimiento de una persona y el inicio de su causa de canonización en Roma, los plazos son muy variables.
El papel de los santos en la Iglesia y entre los creyentes ha evolucionado mucho durante la segunda mitad del siglo XX. El culto que se les solía rendir se ha ido matizando y sus imágenes son más utilizadas como ejemplos que como agentes de intercesión, papel que desempeñaron con fuerza durante siglos. El Papa Benedicto XVI afirma:
"El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado al prójimo"
Éste es un calendario de santos y santas que fueron o parecen haber sido homosexuales, lesbianas, bisexuales, tansgénero o "queer" de alguna forma. La recopilación fue realizada por Paul Hallsal en octubre de 1997.
Se puede dar clic sobre el nombre del santo o santa para conocer su historia y testimonio. (El calendario se irá actualizando a lo largo de 2011)
Enero 5 Santa Apolinaria, Virgen (San Doroteo, ermitaño).
Enero 9 Santos Poliecto y Nearco, mártires.
Enero 12 San Elredo de Rievaulx, abad.
Enero 20 San Sebastián, mártir.
Febrero 11 Santa Eufrosina, Virgen (San Esmaragdo).
Febrero 12 Santa María, monje. (San Marino de Alejandría).
Febrero 14 San Valentín.*
Marzo 7 Santas Perpetua y Felicitas, mártires.
Marzo 10 Santa Anastasia la Patricia o Santa Anastasia de Constantinopla.
Marzo 15 San Longino, el centurión.
Abril 20 San Hildegondo de Neuss.
Abril 21 San Anselmo de Canterbury, obispo y doctor.
Abril 23 San Jorge.
Mayo 8 Santa Juliana de Norwich, mística.
Mayo 20 San Alcuino de Tours.
Mayo 30 Santa Juana de Arco.
Junio 9 Santa Pelagia (Pelagio).
Junio 22 San Pablo de Nola, obispo.
Julio 17 Santa Marina (San Marino de Antioquía).
Julio 20 Santa Marino (San Marino de Sicilia).
Julio 21 Daniel, el profeta.
Julio 21 San Simeón de Emesa y Juan.
Agosto 11 Cardenal John Henry Newman.
Agosto 28 San Agustín de Hipona, obispo y doctor.
Septiembre 11 Santa Teodora (Teodoro de Alejandría).
Septiembre 14 San Bernardo de Claraval y San Malaquías.
Septiembre 17 Hildegarda de Bingen y Richardis.
Septiembre 21 San Eduardo II, Rey de Inglaterra.
Septiembre 23 Santa Techa de Iconio.
Septiembre 28 San Venceslao I de Bohemina y Poviden.
Octubre 1 San Baco, mártir.
Octubre 4 San Francisco de Asís*
Octubre 8 Santos Sergio y San Baco, mártires.
Octubre 9 Santa Atanasia (San Atanasio de Alejandría).
Octubre 16 Santa Teresa de Ávila*
Octubre 29 Santa Ana (Eugenio de Constantinopla).
Noviembre 1 Día de todos los santos y santas.
Noviembre 9 Santa Matrona (Babilo de Pérgamo) y San Juan Diego Cuauhtlatoatzin*
Noviembre 29 Beato Bernardo de Hoyos
Diciembre 14 San Venancio Fortunato, obispo.
Diciembre 14 San Juan de la Cruz, sacerdote y doctor.
Diciembre 17 Los Tres Jóvenes.
Diciembre 20 Ruth y Noemí.
Diciembre 24 Santa Eugenia (Eugenio de Alejandría)
Diciembre 24 San Protus y Jacinto, mártires.
Diciembre 27 San Juan, evangelista.
Diciembre 27 David, el profeta y rey.
*No pertenece a originalemnte esta lista, pero se agrega por el cambio de ideología que representa para la Iglesia y para el mundo.
